La MAR es un movimiento con posiciones criticas y propuestas nacidas desde lo local, en la lectura de realidad de lo local y su incidencia regional y nacional, haciendo un llamado a las administraciones locales, departamentales y nacionales, para no seguir alimentando la tercerización y detrimento de la labor artística.

 

 

Hace noventa y cuatro años, José Carlos Mariátegui escribía: A veces el artista no demanda siquiera que se le permita hacer fortuna. Modestamente se contenta de que se le permita hacer su obra”.  Esas palabras, casi cien años después, salen en veloz fuga para interrogar por algo sencillo en este tiempo: ¿puede el artista vivir dignamente con su labor y ser reconocida ésta, de manera que no sea silenciada?

 

El artista no se silencia, grita en la danza, en las tablas, en la cámara o con el pincel, hace estallar el mundo y sus representaciones, subvierte realidades y transforma la contemplación, celos que en ocasiones se transforma en un estarse quietos. El artista no es sublime ni es mercader de realidades. Su mano, su cuerpo, sus ojos, su escucha, hace visible lo invisible, y llena con su obra el espacio silencioso de la historia.

Sin embargo, las obras de los artistas en manos de quienes administran arte, solo sirven de tribuna para el comercio de las artes.

 

Las instituciones que se han creado para proteger las posibilidades de creación de las obras de los artistas, crea entornos efímeros en los cuales las obras se exponen tan solo para ser reconocidas o ganar un mínimo espacio de credibilidad del firmante mientras dura la escena. Crear desde las artes, se ha convertido en un tumor que de lado de la institucionalidad y de lado de los mercaderes del arte, carcome a quienes buscan en el hacer cultural una manera de reflexionar, mover, conmover o abrir otros modos de visibilizar lo que acontece en estos tiempos, y claro, hay el artista que se abandona a la oferta y demanda de un mercado de las artes, sean plásticas, dramáticas, visuales, escritas u otras, en el cual simplemente vale aquello que se consume.

 

Ahora, el artista –en muchos casos- vive del rebusque, del contrato, del amigo que le da un apoyo en una galería o en una academia, del conocido que cree en su obra o del benefactor que busca adornar su casa o quiere un acto divertido para deleite de sus asistentes. Las artes se han reducido a la creación intima sin mayor visibilidad, o a la visibilidad del “made in” que oferta un mercado de consumo para la obra. Y este hecho no es fortuito ni gratuito, se debe al descuido de quienes deberían ser garantes y generadores de oportunidades más estables para quienes viven y crean desde las artes.

 

 

 

Las instituciones han creado planes, programas, proyectos y políticas públicas para el sector cultural que se han construido de manera no tan participativa y bajo diagnósticos, censos y estadísticas de dudosa credibilidad para quienes conocen profundamente la realidad de los gestores y creadores culturales en cualquier territorio. Todas estas construcciones de políticas públicas o distribución de propuestas “participativas” requieren una mirada y análisis profundo para avanzar de manera articulada y propositiva entre los diferentes gestores y creadores culturales que hacen parte activa de la cultura en una región.

 

Es en este escenario de desarticulación entre la realidad que viven los artistas, y la realidad que ofertan las instituciones en donde se convoca y crea la MAR, como un movimiento gestado en el diálogo de distintos actores culturales que quieren transformar las miradas que se han venido dado hacia los procesos de creación y gestión desde las artes. La MAR es un movimiento con posiciones criticas y propuestas nacidas desde lo local, en la lectura de realidad de lo local y su incidencia regional y nacional, haciendo un llamado a las administraciones locales, departamentales y nacionales, para no seguir alimentando la tercerización y detrimento de la labor artística.

 

En este sentido, surgen preguntas que nos convocan a pensarnos en estos tiempos difíciles: ¿por qué llamarnos a la unidad y consolidar propuestas participativas que permitan un mejor horizonte del sector cultural en el Departamento? ¿Hacia donde van las acciones institucionales para fortalecer la cultura en el Departamento? ¿cómo asumir la responsabilidad colectiva de ser gestores, creadores y veedores de un ecosistema cultural que articule de manera coherente la realidad social, económica y política que vivencian los artistas en este Departamento?

 

La respuesta es simple: porque los sectores culturales están en crisis, y las repuestas al respecto han sido desacertadas.

Con este panorama a nivel departamental y quizás nacional, partimos de una apuesta importante en tanto la revisión y análisis de las políticas publicas, normas y documentos que hay en materia de cultura que permitan la garantía de los derechos y la articulación de los sectores. Para ello, convocamos a difundir los diferentes problemas culturales a través de la creación de piezas comunicativas en cada uno de los municipios afectados, evidenciando y exigiendo respuestas ante la crisis de los sectores culturales y las responsabilidades que las instituciones deben asumir al respecto.

 

Es más que necesario sentarse en una mesa de diálogo para que se escuchen los sectores y se tomen decisiones pertinentes para el sector cultura. Ahí, tanto consejeros de cultura como gestores y creadores independientes que hacen parte de la MAR, levantarán propuestas y consolidarán documentos que garanticen los derechos culturales de quienes hacen del arte un modo de vida para conectarnos de manera más sensible con la vida.

 

En diálogo con los diferentes actores culturales, la MAR ha decidido elevar un derecho de petición firmado por todos y cada uno de los que aquí se convocan, en el cual se solicita claridad de las convocatorias de cultura realizadas a nivel departamental, y a la vez dar claridad de los criterios con los cuales se están definiendo los planes programas o estrategias para la reactivación del sector cultural en estos difíciles tiempos de pandemia, y a la vez se extiende la invitación para que nos organicemos en unidad de criterios y posiciones desde los diferentes sectores, para accionar y consolidar una propuesta pertinente que garanticen los derechos que amparan a los sectores culturales.

 

Desde este difícil escenario de dudas y posibles acciones, para este miércoles 2 de septiembre del presente año 2020, hemos convocado a una Asamblea Abierta a través de las redes sociales, en la cual, esperamos la participación masiva de quienes creen que desde la cultura se pueden mover las esperanzas y sueños en los cuales las artes permiten la transformación social.

 

Transmisión via  Facebook Live: MAR- Movimiento de Artistas en Resistencia

https://periodico.udenar.edu.co/wp-content/uploads/2020/08/asamblea-la-mar-.jpeg

desde la cultura se pueden mover las esperanzas y sueños en los cuales las artes permiten la transformación social.

 

Carta dos a la MAR, agosto 28 de 2020.

 

 

Fernando Guerrero – Shihab

Integrante de la Mesa de Comunicaciones de la MAR

Movimiento de Artistas en Resistencia

 

 

 

 

 

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