Cuando el Programa de Licenciatura en Informática se gestó en la Universidad de Nariño hace casi 25 años, nos postulábamos entre los pioneros en poner al servicio de la sociedad nariñense y colombiana profesionales de la educación que atenderían el área de Tecnología e Informática naciente en el país por esos años. Pasamos por cuatro reformas curriculares, tuvimos acreditación previa cuando las exigencias gubernamentales así lo pedían, obtuvimos nuestro registro calificado por el año 2010 y hoy, en el año 2017, forjamos nuestra Acreditación de Alta Calidad tras la decisión de afrontar este reto que el gobierno colombiano puso en el año 2015 a las licenciaturas.
Este logro es una recompensa al trabajo comprometido de los docentes y estudiantes del Programa, que se van empoderando de las decisiones, principalmente en el aspecto académico, las cuales permiten ofrecer un Programa de formación de educadores con altas condiciones de calidad. Es pertinente resaltar la labor del Comité de Acreditación del Programa, que desempeñó un papel fundamental en este proceso; al interior de él es preciso señalar la colaboración excepcional de Tania Benavides que fungió de monitora y fue estudiante de Licenciatura en Informática, apoyo que desde la administración institucional fue puesta a nuestro servicio y fue simplemente vital.
Entre los factores que dan el talante de alta calidad, se destaca la formación profesoral que el Programa tiene con 13 docentes dedicados al Programa, todos con titulación doctoral o de maestría. La organización, administración y gestión es otro factor que aporta a la calidad del Programa, puesto que a pesar del congelamiento que el gobierno hizo del presupuesto a las universidades públicas, la Dirección y Coordinación del Programa hacen lo que está a su alcance para utilizar de la mejor manera los recursos que tiene y junto con proyectos de interacción social, el Programa logra crecer mostrando compromiso en su labor y dando ejemplo a sus estudiantes para que igualmente tengan ese compromiso profesional cuando ellos egresen.
En los procesos académicos, como otro factor de calidad, es destacable el trabajo de los estudiantes, quienes a partir del momento en el que decidimos embarcarnos en la acreditación, respondieron de la mejor manera posible y ahora son gestores de jornadas académicas, lúdicas y pedagógicas que redundan en la mejor formación como profesionales; ejemplo de ello es la revista de informática – RUNIN- , el sitio web del Programa donde reflexionan de su práctica pedagógica y las jornadas de integración lúdico – académicas que se han organizado, a partir de las cuales se consolidan acciones de mejora para el crecimiento profesional y del Programa.
A esta labor se unieron los egresados del Programa, quienes con su valiosa participación permitieron identificar las fortalezas que tenemos cuando trabajamos con la sociedad, al tiempo que nos mostraron nuestras debilidades que indudablemente nos harán crecer como Programa, puesto que es conocido que la perfección no existe, pero que todos estamos en la capacidad de caminar para alcanzarla, y aunque tal vez no lleguemos a ella al menos estamos siguiendo sus senderos.
Es innegable que este tipo de metas se logran cuando existe una motivación institucional por alcanzarlas y un decidido apoyo por hacerlas realidad, ese es el caso de la actual administración; su apoyo fue, es y debe seguir siendo fundamental. Cuando se pone al servicio de los programas recursos humanos, tecnológicos y financieros, a pesar de la difícil situación por la que atraviesa el sector educativo público colombiano, los mejores resultados se tienen que dar y muestra de ello es que de los 39 programas de pregrado que tiene la Universidad, 21 estamos acreditados en alta calidad; esto da razón del por qué también la acreditación institucional fue un logro más.
Acreditarse suma otra ventaja y es la de seguir trabajando con ahínco para caminar por las rutas de la alta calidad. Todo proceso de acreditación tiene un plan de mejoramiento y él contiene los aspectos que no permiten alcanzar la perfección, junto con las acciones para superar estas oportunidades de mejora. Llevarlo a la realidad es el nuevo reto de todo programa que se somete a la calidad y el nuestro no es la excepción; nos falta visibilidad nacional e internacional y hacer un seguimiento a los egresados mucho más minucioso, de tal suerte que tengamos información más profunda del impacto que ejercen en la sociedad. Estos retos, sumados a la permanente actualización del plan de estudios y a la generación de estrategias de flexibilidad curricular, ya están en la agenda de trabajo de docentes, estudiantes, egresados y sector productivo que el Programa tiene. Desde el año anterior se han dado los pasos para lograrlos y esperamos seguir contando con el apoyo institucional con el cual, sin duda alguna, nos permitirá llegar a condiciones excepcionales de alta calidad.
Compartimos esta meta con la comunidad educativa universitaria y con la sociedad nariñense y colombiana. Nos ponemos al servicio de ellas, porque también de eso se trata la acreditación, de servir con calidad. Nuestra gratitud para todas aquellas personas que hicieron parte de esta gran meta y la invitación a seguir caminando juntos por las sendas de la Acreditación de Alta Calidad del Programa de Licenciatura en Informática.
José Luis Romo G.
Coordinador del Programa de Licenciatura en Informática