“El Carnaval es una oración a la vida, porque sentimos el palpitar de los seres que, siendo de papel, con esqueleto de hierro o de madera, rellenos de cartón o de icopor, reciben el hálito de la vida que le da el artista del Carnaval, porque recibe el arte; y es una oración porque el arte es divino. El Carnaval es el poder del pueblo, es la verdadera democracia, allí el pueblo es el rey y aún los sencillos artistas del carnaval se revisten de poder, el poder del arte, convocatoria multitudinaria a la fiesta.”[1]
El 6 de enero, Pasto ya no celebra el Día de Reyes, sino el día de los Blancos o día del Desfile Magno. En contraste con el día cinco, en esta fecha, anfitriones e invitados se pintan de blanco generalmente con talco perfumado, cremas o pinturas cosméticas. Sobre los inicios del juego de Blancos en Pasto en los albores del siglo XX, Muñoz Cordero nos trae la versión oral de Don Ángel María López acopiada por Héctor Bolaños Astorquiza y Héctor Arturo Gómez Martínez, cuyo texto dice así:
Las Roby, por su parte no se enojaron sino que se reían de vernos “polviándonos”
“Habíamos bebido todo el día de negros y al otro día estábamos sin plata, entonces nos apegamos a donde “Las Roby” que tenían una cantinita en la esquina de Don Julio Bravo. Las dueñas del estanquillo eran de apellido Roby. Fuimos directamente y dijimos que estábamos sin plata, que si nos fiaban. Como allí era nuestro bebedero, dijeron que por supuesto que nos fiaban. Bien, nosotros pedimos una botella de aguardiente champurreado, sabroso. En ese tiempo era puro aníz y era hasta barato, no como ahora cuánto vale esa porquería y es solo puro alcohol y perfume. Nos pusimos a beber- Uno pidió una media, otro una botella. Éramos cuatro o cinco, ya no me acuerdo. En la mesa de estas señoras, las Roby tenían en su apartamento un tocador, allí estaban las cajitas de polvos con pluma. Entonces un sastre cogió la cajita y la pluma y nos fue echando a nosotros, este hombre. Nos dimos nuestros modos para conseguir las cajitas de polvos, para conseguir los de ellas. Las Roby, por su parte no se enojaron sino que se reían de vernos “polviándonos”. Ya nos llevaron las cajitas con las plumas y ya pintados salimos a la calle. Bajamos por el andén de la Calle Real hasta la plaza, gritando: ¡Viva el blanquito! “¡Viva el negrito!
Ah, las cajitas de polvo también eran fiadas, pero eso sí con plumas y todo. Al año siguiente empezó el “bochinche” y empezó el juego con harina. Ya se vulgarizó”[2].
A partir de 1913, según Muñoz Cordero, los juegos de negritos del 5 y el de blanquitos del 6, se festejarían seguidos y se desarrollarían por prescripción ritual y espontánea sin organización oficial, cobrando su pleno significado la libertad carnavalesca.[3]
Expresiones artísticas como el arte, la danza, el teatro, la música, la literatura, la artesanía, ya estaban presentes en el Festival Estudiantil de 1925, considerada como la antesala del Carnaval de Negros y Blancos de Pasto. Sin embargo, la primera versión del Carnaval de Negros y Blancos propiamente dicho, comienza en Pasto hacia 1927, cuando se lleva a cabo una programación especial que incluía reinado, cuadrillas, comparsas, disfraces, batalla de flores, carros magníficos y desfile de carros alegóricos. Así lo describe Muñoz Cordero:
“La historia del carnaval de negros y blancos en su sentido literal, comienza en Pasto en 1927. Aparecen los días 6 y 7 de enero como las fechas indicadas para el regocijo popular, siendo el 7, el día principal.
La primera elección de “Reina del Carnaval”, recayó en la señorita Rosa Elvira Navarrete, más conocida como Elvira I, la encargada de presidir los actos sociales, los desfiles y festividades en general.
El desfile de autos alegóricos, comparsas, disfraces, “la batalla de las flores”, cabalgatas, recitales poéticos, en su conjunto inauguran la estructura carnavalesca, a partir de finales de la segunda década del siglo XX, a partir de entonces adquiere ritmo propio como proceso etnocultural”[4].
El juego de blancos, la lúdica del polvo, el talco del carnaval, se toman las calles y las plazas, con los cuerpos ataviados de fiesta y disfraz, todos para vivir una sola fiesta popular adornada por el mágico desfile de música, danza y colorido arte de murgas, comparsas y gigantescas esculturas de papel elaboradas por los artistas y artesanos. El evento central de toda la programación del carnaval, pero en particular del seis de enero, es el desfile majestuoso de disfraces individuales, murgas, comparsas, colectivos coreográficos, carrozas no motorizadas y carrozas, en donde la tradición y la sabiduría de los artistas del Carnaval tienen su más alta expresión.
Los artesanos comenzaron a participar en el carnaval en 1927 con las carrozas o autos alegóricos, en donde plasmaban todo su ingenio y capacidad de trabajo manual en pequeñas esculturas de papel, colocadas sobre autos de la época. Actividad que pasará a convertirse con el tiempo en el centro de una expresión cargada de gran significación social. Anteriormente, los artistas del carnaval formaban parte del sector popular y desempeñan los oficios más variados como zapateros, choferes, maestros, pintores, decoradores, carpinteros, soldadores, plomeros, peluqueros, albañiles, cerrajeros. En la actualidad, son profesionales egresados de distintos programas como artes plásticas, diseño gráfico, música, diseño industrial, etc. Los artistas se preparan durante todo el año para participar en las festividades carnavaleras. Piensan los motivos, reflexionan las evocaciones, consultan las temáticas y recuperan los más diversos materiales que se integrarán luego al proceso de construcción de las carrozas y de otros objetos artesanales.
[1] ASOCIACION DE ARTISTAS Y CULTORES DEL CARNAVAL DE PASTO – ASOARCA -, Comunicado de Prensa n02-072010, A la querida opinión pública. Con motivo de los primeros 30 años de labores. San Juan de Pasto, Julio de 2010.
[2] MUÑOZ CORDERO, Lydia Inés (2007). Op. Cit., p 149.
[3] MUÑOZ CORDERO, Lydia Inés (2007). Op. Cit., p. 149.
[4] MUÑOZ CORDERO, Lydia Inés (2007). Op. Cit., p. 163.
Transmisión Canal cultural Telepasto: Desfile 6 de enero 2017 Telepasto