Es posible que la productividad del trabajo, la empleabilidad y el desarrollo socioeconómico contribuyan a la paz, pero más que esto, la paz será obra de un pueblo colombiano capaz de pensar con cabeza propia

 

El Gobierno del presidente Santos, en ejercicio de las facultades extraordinarias conferidas por el Acto Legislativo 1 de 2016, ha propuesto, a través de los ministerios de Educación y de Trabajo, un Decreto-Ley que reformaría toda la educación colombiana pos secundaria. El propósito es unificar la educación técnica y tecnológica, incluído el SENA, y la universitaria en un sistema único. Se pretende con esta reforma contribuir al proceso de paz.

 

El Artículo 1 del Decreto dice: Objeto. El presente Decreto-Ley traza los lineamientos para contribuir en la implementación y el desarrollo normativo del Acuerdo Final para la Terminación del Conflicto y la Construcción de una Paz Estable y Duradera, a través de una estrategia de transferencia tecnológica al sector rural y al sector productivo del país, fortaleciendo la formación profesional en el marco del desarrollo del Sistema Nacional de Educación Terciaria, que mejore la productividad del trabajo, la empleabilidad y el desarrollo socioeconómico.

 

Es posible que la productividad del trabajo, la empleabilidad y el desarrollo socioeconómico contribuyan a la paz, pero más que esto, la paz será obra de un pueblo colombiano capaz de pensar con cabeza propia, de leer la complejidad de nuestra realidad histórica y social y de buscar alternativas de futuro en las que haya equidad y justicia social. Para esto no basta con trabajo productivo, fundamentalmente se requiere de mente abierta, pensamiento crítico, pensamiento alternativo. Uno supondría que la organización insurgente no ha negociado para adaptarse al actual mundo capitalista de explotación y desigualdad. Seguramente ellos mantengan sus sueños de un mundo mejor, que ahora busquen con otra forma de lucha, la política.

 

El sistema propuesto está integrado por pilares, la universidad es uno de ellos. El Artículo 6. Pilar de Educación Universitaria. Comprende la oferta educativa dentro de las disciplinas universitarias que pueden ser básicas y aplicadas…

Parágrafo: La oferta educativa correspondiente a este pilar incluye los programas que conducen a los títulos de Profesional en…, Especialista en…, Magister en…, y Doctor en…

 

El enfoque disciplinar del SNET es absolutamente impotente frente a un proceso como el tejido de paz territorial que vivimos en Colombia

 

Es definitivamente un retroceso. Primero, porque el sistema educativo solo ofrecerá disciplinas, ni inter ni transdisciplinariedad y tampoco contempla la complejidad. Para tratar problemas tan complejos como el proceso de paz territorial no existen disciplinas; complejidad y disciplina son conceptos contrapuestos. En casos como este estamos obligados a acudir a la transdisciplinariedad y a las ciencias de la complejidad. Cómo entienden estas ciencias los procesos complejos: “…un sistema complejo es todo aquel que, entre otras co­sas, se caracteriza por impredecibilidad, inestabilidad, fluctuaciones, turbulencias, emergencias, autoorganización, en fin, no-linealidad… un sistema complejo se caracteriza por que aprende, y es entonces porque aprende que puede evolucionar[1].

 

Especial atención debemos tener frente a las emergencias. Los efectos de determinadas acciones, las novedades, no tienen las mismas connotaciones; el padre de la bioeconomía, el pensador rumano Nicholas Georgescu-Roegen lo plantea en términos de órdenes de racionalidad de la siguiente manera:

 

De primer orden, son los efectos mecánicos de determinadas causas. En este caso, la novedad se puede deducir de antemano a partir de los componentes causales; es el caso de los movimientos físicos de cuerpos sólidos, conocida la fuerza que se le imprime a un cuerpo y el rozamiento del aire se puede predecir el impacto que imprimirá a determinada distancia.

 

De segundo orden. En este orden no se pueden predecir los resultados, por ejemplo, de la combinación de determinados elementos químicos; pero conocida una sola experiencia se puede anticipar que todos los procesos idénticos, los resultados serán siempre los mismos.

 

De tercer orden. Es el caso en el cual no solo no se pueden predecir los resultados de determinada acción, sino que unas veces estos resultados pueden repetirse y en otros pueden ser totalmente distintos. Tales resultados son absolutamente impredecibles. Es el caso de los procesos sociales; es lo que se denomina una emergencia. El que las ciencias sociales deban tener más métodos que las otras es una necesidad lógica: necesitan también métodos apropiados para el estudio de los fenómenos racionales de ter­cer orden. Desde este punto de vista, tenemos que deplorar antes que acudir la actual tendencia de las ciencias sociales a basarse menos en estos métodos sui generis y más en los importados de la físico-química o, peor aún, de la mecánica[2].

 

En el caso del proceso de paz en Colombia se debe estar atentos a las emergencias, en cualquier momento nos podemos encontrar con situaciones totalmente inéditas e inesperadas. Estas situaciones solo están al alcance de la transdisciplinariedad y las Ciencias de la Complejidad. El enfoque disciplinar, como el que se utiliza en el proyecto que estoy comentado, es absolutamente impotente frente a un proceso como el tejido de paz territorial que vivimos en Colombia.

(2 Parte) Ausencia de las humanidades en el SNET

 

 

[1] MALDONADO, Carlos Eduardo (2016) Complejidad de las ciencias sociales. Y de otras disciplinas, Bogotá: Ediciones desde Abajo, pág. 26.

 

[2] GEORGESCU-ROEGEN, Nicholas (1996) La ley de la entropía y el proceso económico, Madrid: Fundación argentaria, pág. 172.

 

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