Pasto, 15 de diciembre de 2020

 

A: coordinadores de ejes

De: Julián Sabogal Tamayo

Integrante de la coordinación del eje Universidad – Región

 

 

Eje Género

En la reunión del Comité Interejes, del 23 de noviembre, acordamos llevar a cabo un foro sobre la orientación epistémica del Plan de desarrollo. Con el fin ambientar este foro, quiero invitar a un diálogo preparatorio escrito.

 

La primera impresión que me dejó una lectura de la Introducción del Eje de Genero es que el problema de género se agota en las leyes y los acuerdos internacionales. De aquí se podría concluir que si los tratados y la legislación colombiana se cumplen, el problema desaparece.

 

En mi opinión el Eje de Género, como el Plan en general, debe enmarcarse en la Misión de la Universidad. Particularmente, me refiero al desarrollo alternativo en el acontecimiento mundo. Planteo, al respecto, que no existen problemas autónomos sino que cada uno de los problemas que incluimos en el Plan es parte constitutiva de un problema mayor, el problema que plantea la Crisis sistémica.

 

El mensaje del desarrollo alternativo, contenido en la Misión, significa que la Udenar, haciendo uso de la autonomía, se propone la construcción de un desarrollo de la Universidad – Región que transgreda los límites del modelo imperante. Y es en el espacio construido autónomamente donde debemos buscar la solución de todos los problemas fundamentales, incluido el problema de género.   Todos los problemas deben buscar solución en una lucha solidaria. La búsqueda del respeto por los derechos humanos de las mujeres y la población diversa tiene que estar unida con la conservación de las condiciones del planeta adecuadas para la vida, con la lucha contra la pobreza y la concentración de la riqueza, por la paz, etc. La pregunta es: ¿cuáles son los nodos donde se encuentran los distintos problemas para buscar conjuntamente las soluciones? Yo planteo que esos nodos se encuentran en el enfoque teórico que guía la búsqueda del desarrollo alternativo, desarrollo para la vida.

 

Planteo también que las organizaciones internacionales, como la ONU, si bien son muy importantes, no bastan para nuestros propósitos. Lo mismo diría yo sobre la Constitución y las leyes colombianas. Todas ellas tienen un carácter oficial, es decir, se sitúan en los marcos del modelo imperante. Nuestras propuestas alternativas sobrepasan esos límites.

 

Me voy a limitar a un planteamiento central de la ONU: el desarrollo sostenible. Nos dice que se trata de satisfacer nuestras necesidades actuales sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer las suyas. Por razones obvias, no podemos compartir este planteamiento. Se trata de un enfoque antropocéntrico. Cuando dice nuestras necesidades se refiere a las necesidades de los humanos, la naturaleza es vista como un conjunto de cosas que están allí para ser utilizadas por la humanidad a fin de satisfacer sus necesidades. Este, por supuesto, es el planteamiento de la Biblia. En el capítulo 1 del Génesis se lee: Dios dijo: Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza; y que le estén sometidos los peces del mar y las aves del cielo, el ganado, las fieras de la tierra y todos los animales que se arrastran por el suelo. Esta manera de entender nuestra relación con la naturaleza ha sido superada. Me limitaré a enumerar los distintos enfoques frente a la naturaleza. No insinúo que el equipo del Eje de Genero los ignore, solo me refiero a la necesidad de explicitarlos. Todos los enfoques que voy a enumerar sitúan a los humanos en la naturaleza, no por encima de ella.

 

La Ecología profunda, que nos habla de los derechos de la naturaleza y de la necesidad de una posición ética frente a esta (Naess y Capra).

 

La teoría de Gaya, que ve al planeta en su totalidad como un ser vivo, que se autorregula (Lovelock).

 

El biocentrismo, sitúa la vida como un valor en sí mismo. Propone superar el antropocentrismo de los derechos humanos e incluir los derechos de la naturaleza (Gudynas).

 

La democracia de la tierra. La tierra y los seres humanos constituyen una misma entidad, como la ven los astronautas desde el espacio (Boff).

 

El pensamiento ancestral de la Pachamama.

 

La comprensión de los seres humanos como seres naturales (Marx y Engels): El hecho de que la vida física y espiritual del hombre depende de la naturaleza no significa otra cosa sino que la naturaleza se relaciona consigo misma, ya que el hombre es una parte de la naturaleza.[1]

 

 

Cordialmente,

 

Julián Sabogal Tamayo

Integrante de la coordinación del eje Universidad – Región

 

 

[1] MARX, Carlos (1993) Manuscritos: economía y filosofía. En Grandes obras del pensamiento, tomo 12, Barcelona: Altaya, pág. 115.

 

 

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Julián Sabogal Tamayo
Profesor Titular y Profesor Emérito de la Universidad de Nariño, adscrito al Programa de Economía; ha sido profesor de la Universidad Nacional de Colombia y de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua, UNAN. Miembro de Número de la Academia Colombiana de Ciencias Económicas, Doctor Honoris Causa de la Universidad Simón Bolívar de Barranquilla. Socio fundador de la Asociación Colombiana de Economía Crítica, autor de 18 libros, autor de artículos publicados en revistas y periódicos de Colombia y del exterior.

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