Nació en Pasto, motivado por su madre, aprendió el oficio del Barniz de Pasto, Mopa Mopa. Fue estudiante de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Nariño a finales de los años 50. Condecorado con múltiples distinciones a nivel nacional e internacional en el campo artístico. Cofundador de la Escuela de Artes de la Casa de la Cultura de Nariño. Embajador de la cultura nariñense. Reconocimiento de Excelencia de la UNESCO para la Artesanía, por la oficina de la UNESCO en Quito y el Centro Interamericano de Artesanías y Artes Populares CIDAP, el cual certifica la excelencia, autenticidad, innovación y comercialización de las piezas concursantes.
Es de destacar que el Barniz de Pasto, actualmente ha sido declarado como Patrimonio Cultural Inmaterial del Departamento de Nariño.
Udenar Periódico: ¿Qué significa ser galardonado con el Reconocimiento de Excelencia UNESCO para la Artesanía?
Eduardo Muñóz: Este reconocimiento es el eco de la búsqueda constante de la excelencia por parte del artista, que afortunadamente no se encuentra, pues de tenerla se abandonaría la misma. Los reconocimientos motivan al perfeccionamiento, invitan a cuestionarse, a retarse para mejorar; aún así son un acicate de doble filo, porque de una parte, deben entenderse como un premio y, de otra, como una exigencia a esforzarse más. En mi caso, el trabajo lo realizo de una manera muy metódica, pues entregar una obra significa garantizar su duración y su calidad, el artista debe trabajar más de lo que le pagan y siempre el trabajo tiene un valor agregado. Participar en este concurso con artesanos de América Latina, quienes debían tener por lo menos una maestría, es un estímulo para seguir trabajando, genera alegría, es una experiencia de aprendizaje, colaboración y ayuda.
U.P: Uno de los criterios para la calificación fue el respeto al ambiente y la sostenibilidad, ¿El proceso del Barniz cumple este criterio?
E.M.: El barniz nunca ha sido tóxico o dañino, ni siquiera la anilina que se utiliza para darle color. Inclusive el mismo proceso de extracción de la resina del árbol de Mopa Mopa es realizado manualmente por los indígenas en la selva del Putumayo. Es un proceso de respeto con la naturaleza, después de conseguir la resina el árbol descansa por cuatro meses para volver al mismo proceso, por lo cual no existe el riesgo de tala de árboles y certificamos que la misma madera sea muy seca común y corriente.
U.P: ¿Qué representa la obra denominada “La Copa Ceremonial”, pieza galardonada?
E.M.: La “Copa” representa Nariño en su totalidad indígena, ya que la parte simbólica de los personajes encarna nuestra propia cultura, la serie de representaciones que existen en la pieza como los animales, el ritual de la caza, la ceremonia de la toma del yagé, la familia Cumbal, la música, las danzas, la maternidad, las tejedoras, el macerador del maíz. Son muestra gráfica de todos los oficios en una sola pieza, es un paisaje de la comunidad.
U.P: ¿Cómo se elaboró la obra galardonada y cuál es su propuesta innovadora en el barniz?
E.M.: La madera es el soporte y al igual que el lienzo se pinta de blanco, posteriormente se van adhiriendo las láminas del barniz que han sido preparadas con anterioridad, esta preparación incluye la coloración de cada lámina. En la antigüedad hasta el siglo XIX, el artesano mezclaba la anilina natural con la resina del mopa mopa, masticándola, hoy se cocina con el mismo fin, darle calor. Cuando el barniz está caliente se convierte en una masa similar al chicle y ahí se tiñe cada pedacito de distinto color. La técnica exige mucha concentración para evitar accidentes, luego con ayuda de otra persona se aplana y se hacen las telas, esa es la parte bonita del trabajo, la parte mágica. Mi propuesta innovadora se encuentra en la transparencia de las capas del barniz ya que a finales de los 70, los motivos y la técnica cambiaron para mí, pasa de las películas planimétricas de un sólo tono, tradicionales, a películas con matices, encontrando una gran plasticidad, así se logran los matices de los colores, las texturas, las formas y los relieves.
U.P: ¿Trabajar en el barniz es una expresión cultural que nos acerca a nuestros saberes y raíces ancestrales?
E.M.: El barniz nace del corazón de la selva, tiene una energía. Mi trabajo se basa en representar las tradiciones culturales de un pueblo, todo es una inspiración en las ceremonias, las leyendas, las costumbres indígenas, sus símbolos, sus danzas, sus familias numerosas, sus maternidades, sus fiestas de equinoccios, el maíz, la música que es algo inherente al ritual. Mi trabajo es una representación de mi historia, de mis propias raíces, es el retrato de personas que son cercanas a mí, las guardo en mi escenario y tienen vida dentro del barniz.
U.P: ¿Cómo se podría generar una conciencia colectiva que nos invite a rescatar valores culturales permeados hoy por la globalización?
E.M.: No tengo la repuesta, pero si usted la tiene me gustaría saberla. Sé que debido a la fuerza de la modernidad no existe ya la paciencia y el tiempo, hoy hay una tendencia recurrente en la que todo quiere ser inmediato, muchos de los trabajos artesanales han sido remplazados por las máquinas, industrializar el proceso está en contra de la tradición de la creación del barniz, pues la tradición se conserva desde el siglo XVI.
Pasarán muchos años en lo que se darán cuenta que se han perdido tradiciones aún así la esperanza queda en generar una conciencia colectiva a partir de la socialización de mis trabajos, se echan las semillas y algunas caen en buena tierras.
U.P: ¿En Colombia es reconocido el trabajo del artesano? ¿Existen garantías para su realización?
E.M.: No creo, se trabaja con las uñas, a nadie van a becar para que estudie. Por ejemplo, a inicios de los 80s, cuando no existía ninguna garantía por parte del Estado fundamos la Escuela de Artes Populares con el Banco de la Republica y varios profesores de arte; es así, que se cohesionaron todas las artes y oficios populares. Esta quijotada duró 15 años, la Escuela estaba diseñada para dar educación artística y del oficio. El clientelismo dentro de la política la fue deteriorando, pues no era tan sencillo conseguir los recursos para mantenerla; además, la presencia de intermediarios de venta devalúa el valor de las artesanías mermando la calidad de las obras. Luego, la llegada de Artesanías de Colombia fue de gran ayuda, su acompañamiento se convirtió en un apoyo fuerte para el desarrollo del artesano.
U.P: Maestro, ¿Desde su experiencia qué mensaje le daría a las nuevas generaciones?
E.M.: Hay que comprometerse con el trabajo, con su ciudad y para fortuna veo valores enormes en la juventud, estas cosas del arte son espirituales, de sentirlas. El consejo es, a que sigan las orientaciones de su espíritu, pues cada quien sabe que es lo que le gusta. El arte es algo que uno lo recomienda sin perder de vista que es un campo que exige disciplina. Este trabajo no es de hora cátedra, es de tiempo completo; el compromiso en el aprendizaje de este oficio tiene que ser grande. Si tienen actitud y pasión por un arte, deben comprometerse con todo, no a medias, ni por ensayar.
Entrevista publicada en Udenar Periódico Edición No. 45 Versión Impresa.