Tras la declaratoria de la Organización Mundial de la Salud OMS del 11 de marzo de 2020, que el brote de COVID-19 es una pandemia, el personal de la Fundación Amparo San José adoptó el “confinamiento institucional” como medida extraordinaria, estricta y urgente para enfrentar la emergencia sanitaria, por cuanto la población del adulto mayor es una de las más vulnerables al contagio como da cuenta la experiencia de los albergues geriátricos de países europeos donde murió un gran porcentaje de esta población y sus trabajadores fueron contagiados.
La Fundación Amparo San José de la ciudad de Pasto considera la seguridad del paciente como uno de sus mayores valores, por ello promueve la cultura de seguridad en sus colaboradores, usuarios y familias desarrollando acciones de identificación, prevención y gestión de riesgos relacionados con la atención. Por ello la Fundación organizó entre el personal asistencial, administrativo y operario tres grupos de 26 trabajadores para rotar su servicio 24 horas, durante 10 días al mes, servicio que inició el 1 de abril del presente. Este confinamiento institucional constituye una altruista medida de prevención pues la mayoría de adultos mayores están en la Unidad de Beneficencia y no cuentan con una persona que les lleve a casa; al respecto, la enfermera Laura Viviana Portilla, quien se encuentra en encargatura del Área de Atención al Usuario y Talento Humano de esta institución, expresó: “Ellos están a nuestro cargo, son nuestra familia y nosotros la suya”.
Para el personal esta medida preventiva implica un desprendimiento temporal de sus seres queridos, entre ellos, sus padres, sus hijos, su pareja; por ejemplo, hay madres cabeza de hogar que encargan a sus hijos (as) a la abuelita. Este grupo presta un servicio integral al adulto mayor mediante la atención en las áreas de Enfermería, Terapia Ocupacional, Fisioterapia, Medicina General, Nutrición, Psicología y Gerontología además del acompañamiento espiritual que fortalece la salud física y emocional de dicha población; así mismo, para los trabajadores el confinamiento institucional es un habitar en familia donde aparte de sus funciones desempeñan actividades de cocina, aseo general, peluquería, entre otras. Cada equipo de trabajo al finalizar el confinamiento en la Fundación pasa a un estricto aislamiento en casa con su familia durante 20 días, bajo todas las medidas preventivas con el propósito de volver a rotar en su servicio.
Por otra parte, el Instituto Departamental de Salud como ente de control visitó la Fundación, le suministró las recomendaciones generales de aislamiento en el evento de presentarse posibles casos dentro de la institución, de manera que la Fundación preparó un amplio Plan de Contingencia donde involucró a trabajadores y entes de control a fin de prever la capacidad para atender dicha situación, considerando que, desafortunadamente, a nivel mundial en los hospitales prima la atención a personas menores, jóvenes y niños; sobre el punto la enfermera Laura Portilla dijo: “Esta circunstancia nos causó gran tristeza, entonces, la Fundación debía estar preparada para atender posibles casos de contagio a nivel interno: Si la capacidad municipal los recibe ¡bendito sea Dios! de lo contrario debemos determinar su cuidado en el lugar preparado para su aislamiento”.
Cabe resaltar, que el confinamiento en la Fundación Amparo San José se ha convertido en una convivencia, fortaleciendo lazos de afecto a través de la conversación, la escucha y cuidado profesional a dicha población; así mismo, el personal creó un grupo de WhatsApp con los familiares pendientes de sus adultos mayores, espacio de interacción que mediante vídeo-llamadas, fotografías y vídeos ha permitido motivarlos, menguar su ansiedad y su tristeza.
Actualmente en la Unidad de Beneficencia se encuentran 110 usuarios, en la Unidad de Pensión 50 y 35 en la Unidad de Cuidados Paliativos, es decir 195 usuarios entre hombres y mujeres en su vejez, para quienes, según MacDonald, comentarista bíblico, es la época en la cual los días son pesados y las noches largas; la depresión y la tristeza aparecen; sus brazos y manos temblorosos; sus piernas se doblan bajo el peso de su cuerpo; sus muelas disminuyen; se oscurecen los que miran; ha de repetírseles dos o tres veces porque los sonidos para ellos son muy bajos e indistintos; su voz queda ronca e insegura, temen lo que es alto, han perdido toda confianza en sí mismos y tienen miedo de salir solos o de salir de noche.
A estos usuarios dedica su servicio en el día y en la noche el talento humano de la Institución con compromiso, mística y amor, por lo cual hasta el momento trabajadores y adultos mayores de la Fundación Amparo San José han permanecido ilesos y le siguen ganado la batalla al coronavirus.
“Ellos están a nuestro cargo, son nuestra familia y nosotros la suya”
Sonia Patricia Erazo Coral
Coordinadora Udenar Periódico