Ensayo elaborado en el marco de la Maestría en Promoción y Prevención en Salud Mental.

 

Dentro del ciclo biológico del ser humano, el envejecimiento se plantea como una etapa de la vida que comienza a partir de los 65 años y se compone por una serie de cambios asociados con la pérdida de ciertas funcionalidades tanto físicas como mentales y sociales, que producen a su vez limitación para adaptarse en el entorno (OMS. 2009), desde esta perspectiva, con el fin de atender dichos cambios surge el enfoque del envejecimiento activo; entendido como un proceso multifactorial que estudia los componentes del envejecimiento desde el reconocimiento de sus derechos, trabajando desde la protección social, la funcionalidad y el fortalecimiento de las capacidades de cada uno de los individuos qué se encuentran en esta etapa, buscando así, el bienestar físico, psicológico y social, para qué los personas adultas mayores aprovechen su tiempo al máximo y puedan envejecer con calidad y con dignidad.

 

De esta manera, con el enfoque de envejecimiento activo, se pretende promover la independencia, la participación, la dignidad, el cuidado y la autorrealización, a través del manejo de ocio, la recreación, la cultura, las políticas, la sociedad, el compromiso en familia y la atención médica que avale todos los ejercicios de promoción de la salud desde los hábitos de vida saludables y prevención de la enfermedad, donde a partir de estas acciones, se fortalezcan los factores protectores para lograr el goce y el disfrute de su vida.

 

Así pues, se puede identificar que existen diversas estrategias enfocadas en promover un envejecimiento activo y generar dicho bienestar desde las áreas física, social y menta, tales como la realización de actividad física, ejercicios físicos simples para realizar en su hogar o en espacios públicos para mantener la movilidad y reducir los síntomas relacionados a estrés o ansiedad y problemas de salud, así como también, el fomentar el aprovechamiento del tiempo de ocio en diversas actividades y adicionar al ocio positivo desde ejercicios de ingenio, recreación, estímulo intelectual y convivencia (Phrònesis, 2020), por otra parte, otra estrategia a fortalecer es el afianzamiento de las relaciones familiares como red primaria de apoyo, así como el promover espacios de interacción y convivencia entre generaciones, donde se permita la participación social generar, al igual que condiciones que favorezcan el empoderamiento, control social y la incidencia de las personas adultas mayores en el conjunto de las decisiones.

 

Lo cual, permite potencializar los procesos del envejecimiento y garantizar que los adultos mayores tengan ciertas capacidades que les proporcione dignidad, y por ende aumente la esperanza de vida, minimizando trastornos, dependencia y garantizando la funcionalidad; sin embargo, cabe resaltar que esta situación se consigue con la participación de todas y todos.

 

 

Alvaro Dorado Martínez – Docente orientador

 

Ps. Alejandro Eraso Fuertes – Ps. Karen Portilla Eraso

Maestrantes en Promoción y Prevención en Salud Mental

Universidad de Nariño

 


Referencias

 

Organización Mundial de la Salud (2009). Organismos internacionales y
envejecimientohttp://Traballo.xunta.es/export/sites/default/Biblioteca/Documentos/Publicacions/congreso_envellecemento/congreso_envejecimiento_activo.pdf

 

Phrònesis (2020). 5 datos que revelan la importancia de las relaciones familiares en la
vejez. El arte de saber vivir. https://elartedesabervivir.co/

 

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