Ensayo elaborado en el marco de la Maestría en Promoción y Prevención en Salud Mental.
La modernidad ha traído cambios no solo en la liberación de los mercados sino también en la forma de relacionarnos con el otro, actualmente los vínculos son precarios, frágiles, un ser humano que se relaciona desde lo volátil, sin responsabilidad hacia el otro, por tanto cuesta más el compromiso como lo describe Bauman citado por Rocca (2008) “una sociedad líquida siempre cambiante, incierta y cada vez más imprevisible”, con el deseo de una libertad inmersa en el miedo y el vacío.
Pareciera que actualmente el compromiso duradero en las relaciones afectivas se ha vuelto frágil, esa fragilidad en los vínculos humanos al que Bauman describe como líquido, ligero; el amor visto como aquel que permite establecer vínculos a conveniencia en la necesidad de compañía, de seguridad, en una sociedad que actualmente se caracteriza por lo inestable y lo cambiante, el compromiso puede resultar una carga que imposibilita la libertad, por ello las relaciones son consideradas como una inversión que requiere esfuerzo, esperando que ello sea recompensando en seguridad y apoyo.
Esa liquidez no solo expresa en el afecto, sino en seres humanos que se desarrollan en una sociedad consumista que cada vez más requiere de la satisfacción pronta y rápida a través de productos de moda, tecnología que buscan desesperadamente la posibilidad de pertenencia al grupo social, de relacionarse con aquellos que considere de su propia clase. Según como afirma Bauman, “no hables con extraños” se ha convertido de una frase de protección infantil, a una coraza de protección adulta. Vespucci (2006).
Actualmente existe una lucha constante por reconocer en el ser humano su valor, sin embargo, son los mismos sujetos quienes debilitan su valía, instrumentalizándose para cumplir con los estándares de la modernidad, lo que a su vez influye en que las relaciones interpersonales se miren fracturadas, minimizadas y mediatizadas. La adaptación a esta dinámica del mundo globalizado cada vez se fortalece e inevitablemente involucran más personas, así como lo menciona Beck citado por Ballesteros (2014).
De igual manera, se logra identificar que las identidades personales son fluctuantes, siendo desplazadas y/o reemplazadas por los elementos tecnológicos, desconociendo la infinitud del sujeto al comparar su capacidad, habilidad y destreza con máquinas que ofrece el mundo moderno, por ello cada día se ha ido desapareciendo el entusiasmo por colaborar en un bienestar común. Vespucci (2006).
Alvaro Dorado Martínez – Docente orientador
Ps. Diana Cristancho – Ps. Kelly Moncayo
Maestrantes en Promoción y Prevención en Salud Mental
Universidad de Nariño
Referencias
Rocca, A. (2008). Zygmunt Bauman: modernidad líquida y fragilidad humana. Nómadas. Critical Journal of Social and Juridical Sciences, 19(3).
Vespucci, G (2006). Amor líquido. acerca de la fragilidad de los vínculos humanos. Revista Argentina de Sociología, 4(6),160-163.
Ballesteros, B. (2014). Reflexión sobre la teoría de la sociedad del riesgo. Temas Sociales, (35), 203-215.