Voces diversas, pensamientos justos recorren el mundo sobre el devenir anarco socialista, rugen en medio de violencias oposiciones emotivas que asedian con brutalidad contra los cambios sociales que desde hace más de 200 años con pasos firmes vienen a nuestro encuentro.
La complejidad se convierte en una patología que permite observar los cambios. Los efectos y la manifestación de los asuntos que se suscitan en la realidad del gran cosmos. El complejo revuelo emancipador nos muestra en su devenir muchos Prometeos ardientes de amor por los pueblos, con las fuerzas para desenmascarar los intrusos, sin violencia, pero si con el sentir humanista. En esa odisea les atañe ver un nuevo mundo donde la solidaridad rompa los desequilibrios contingentes de seducción.
La vida con o sin sentido depara conjuntos de circunstancias que afectan a los pueblos que buscan ser liberados por aquellos Prometeos que aun encadenados les sobra la voluntad para vencer los infortunios. Los hechos causantes desencadenan, deprimen y avienen alteraciones según los agravantes, y están allí en la historia épica justificados por los sátrapas, bajo pretextos para demostrar que no hay culpables. Ante las aberraciones visibles e invisibles de los medios de comunicación que disparan dardos sesgados e incendiarios mostrando su parcialidad, se cruzan formas de vida pura que no le teme a nadie. Ante las fuerzas de sus posturas revolucionarias propias de una comunidad exenta de violencia, ansiosa de cambios que brindan gobiernos del pueblo, humanistas que creen en la verdad como la parresia que va por el cambio sobre la voluntad del saber, eliminando todo lo atávico que ha causado solo miseria e inequidad social.
A toda política social, autónoma y rebelde le es dable la expulsión de politiqueros, partidos y alimañas que envenenan la noción con corrupción, propiciando violencia y de depurar la estructura estatal de esquiroles que violan y entorpecen los servicios públicos. Ante la debilidad de los órganos de control justicia y legisladores, unas reformas radicales asociales que fueron arrebatadas, deben imperar, mediando la verdad del pueblo, siendo consistente con su poder, para no votar por los pervertidos que se venden por un plato de lenteja. Estos discapacitados mentales, legislan a la inversa dentro del absurdo social y político; el discurso desliga la democracia que no considera la solidaridad como base y no permite tomar conciencia y acción ante el contubernio del vergonzante capitalismo, que por doquier se desplaza causando desastres sociales con sus tramoyas engañosas.
A través de la historia como país hemos construido un elefante blanco, y solo el acabamiento, su extinción total, les permite a los nuevos saberes proyectar el país con un nuevo ordenamiento universalista, esta liberación es inminente, solo puede ser producto de una panacea a la luz directa del pueblo, generando conciencia de transformación dinámica integral en donde todos cambiemos proyectando el futuro. Hacer el cambio es teniendo en cuenta una nueva cultura, una nueva visión educativa y ambiental, respetando a los otros, pero con reglas donde una nueva estructura social económica y agrícola, a la luz de reformas que contemplen soluciones a la comunidad, en salud, en un nuevo panorama de restituciones sociales, de principios laborales, de seguridad social, siempre bajo tutelas de políticas sociales humanistas, que el trabajo y la no violencia asumen con autoridad, comprendiendo nuestra idiosincrasia y la realidad histórica, para que los ejemplos del funesto pasado sean historia olvidada.
Construir soluciones complejas es atender formas de vida anarco sociales, esto es, revolucionar toda la estructura para desintegrar lo obsoleto, lo que le ha creado al país los estigmas sociales que generaron los más profundos fracasos con medidas ideológicas que solo dieron soluciones simples para poder saquear al país sin conducencia, negando el bienestar de todos. Hoy cuando el país esta revolucionando todo, se juzga al estado señalando su incursión en la universalidad; claro, y es ese manejo el que esta mostrando al país que aquí no se gobernaba, solo se gobernaba para robar, para hacer corrupción, de allí que estamos viendo como se están destapando tantas podridas ollas, se están mostrando los mayores entrampamientos en la mayoría de los sectores, se están mostrando actividades donde nunca ningún gobierno había hecho presencia, se están dando soluciones simples y complejas, a un pueblo que vivía sin saber como se le gobernaba y, sobre todo, con autoridad, con conocimiento, con la verdad.
Ante políticas de emociones seductoras mal intencionadas, voces y saberes nuevos, han incursionado la historia presentando nuevas formas de vida social con políticas y economías limpias, con proyección globalizada. Foucault, precisa nuevas formas de vida que no favorecen al Imperio, como el anarco socialismo, que conjuga la comprensión de las relaciones, muy propias para la vida política de los pueblos, pues el régimen existente es todo un anacronismo. Este pensar social es una voz de esperanza para el presente histórico que yace en un mundo construido por el poder salvaje del capitalismo económico y político, con otras mascaras tecnológicas como gobernar con ilegalidad. Principio que se encuentra patentado en nuestro país.
Este pensar social recoge las palabras del evangelio, mensaje al mundo del más preclaro proletario que nos dejo en su vida pública y luego lo patento en la crucifixión, mensaje que no es otro que el amar al prójimo y servirlo con la verdad. Otros insignes pensadores fueron prolíficos también en la misma lineal humanista como León Tolstoi, Simone Weil, Dostoivesky,- Ernesto Sábato, Martin Luther King jr., y más. El anarquismo socialista es una forma de vida para entenderla desde la base de los principios éticos y morales; se afirma que cada ser es valioso ante su Dios regido por un derecho natural con fundamento en la liberación, el amor y el servir, cimientes espirituales de las formas de vida sociales que conducen a la transformación. Cualquier nuevo devenir es superior a todos los monstruos que nos han gobernado.
Vivimos la Sociedad del cansancio al decir de Byung-Chul Han, en un Sistema Dominante. Dominio donde se impone el miedo que se enfrenta al despotismo; y como nos lo dice Esquilo, la voz de Prometeo se hace sentir favoreciendo al pueblo sufrido que pierde el bien común. Un defensor de la sociedad sufrida nos dice que esta debe anarquizarse, sin violencia, con espíritu y rebeldía radical en defensa del maltrato que se le hace al pueblo. Y este defensor, Prometeo, como algunos de nuestra noción, se le subleva a Zeus, señalándolo de salvaje, tal como muchos de nuestros gobernantes lo vienen haciendo en la realidad, muchos de los que nos representan, en medio de bochornosos espectáculos que desdicen de su calidad como personas, más bien son leviatanes sin conciencia. Lepras de la política.
El desarrollo de una sociedad se mueve dentro de orbitas donde concepciones nuevas fluyen con variables complejas que al observar la realidad social se configuran compromisos que incitan a afrontar con sentido de vida los hechos. Este complejo mundo nos dice como una sociedad, un sistema, un régimen afronta conflictos, contradicciones y desconciertos que obligan a diseñar cambios cuyo devenir comporta episodios biopolíticos que enfrenta vivencias opositoras ladinas que trazan líneas llenas de absurdos, para que los saberes de la paz tomen decisiones complejas dentro del sentir humanistas. Colombia se ha conducido extraviada, muchos quieren dominarla, políticos, negociantes del mal y de la muerte convirtiéndola en el eje de la corrupción. Podrán avasallarnos pero nunca nos podrán silenciar ni maniatar. Urgen reformas políticas que aquieten formas de nombrar funcionarios bajo influencias de terceros reaccionarios, donde se fijen las actuaciones de un parlamento manejado por caudillos o que estos tengan la personalidad de no dejarse manipular, que sean autónomos y con voluntad, legislar.
Reivindiquemos los ismos donde tiene cabida la comunidad socialista con opciones verdaderas de paz, sin violencia. Reflexionamos para todos aquellos desconcertados consigo mismo y con los tiempos, pues hay formas de vida para ser mejores, ante otros que han acumulado saberes inútiles direccionados a opinar con líneas de fuego ardiente cuyos caudales de ira, rabia y desdén por el otro desvirtúan los mensajes de cambio, fundamentado en el uso de la violencia. El cambio esta en cada uno, polémico o no, siempre el pacifismo es constructor que alimentara a una sociedad dispersa, viva y llena de fertilidad social. Desechemos todo narcisismo, toda ansiedad de ser dioses que destrona el humanismo, sirviéndose de la calumnia, el engaño y la mascarada.
Fluimos entre conflictos, realidades de un mundo complejo al son de diálogos como miembros de una colectividad donde no es dable dejar de lado tantas superficialidades, tanto conjunto de artificialidades, que nos arrastra hacia vacíos sin fondo. Muchos procesos nos llegan por todos los medios llenos de seducciones frías, propio para que nos dejemos llevar de contenidos que hoyan las conciencias, negándonos el pensar, pues somos como simples conejillos farragosos, manipulables para podernos polinizar con ideas improductivas, contagiosas para no poder hacer nada; así, perdemos la capacidad de decidir, de actuar, ya que el interés del imperio es el rendimiento, el consumismo, la seducción y otras barbaries, donde la sociedad siempre esta sometida con violaciones de sus derechos humanitarios.
El capitalismo inunda el orbe con procesos e instituciones creadores de miseria, condenados de la tierra, donde el derecho de amar es una ilusión. Tal credo no lo podemos seguir aceptando, la eliminación de la explotación es una prioridad para encontrar nuevas formas de vida con libertad para servir y amarnos sin violencia, para construir un nuevo hogar social y político. La sublevación gira contra sistemas hegemónicos, reaccionarios, y allí en la complejidad de la vida fecundan formas de vida que se han querido desconocer porque no les pueden llenar a los sistemas sus expectativas. Qué puede ser más indignante que el capitalismo, que solo busca el control de la vida humana.
La paz y los cambios acontecen cuando se vienen esgrimiendo oposiciones vulgares y actos de expresidentes creyéndose gobernantes con expresiones chantajistas; y también acontece cuando una participación votante comunitaria de alto calado se ha mostrado indiferente a su pueblo. Este auge comunitario es el inicio para recuperar el bien común que sistemas aberrantes le han arrebatado y desconocido a la comunidad; como lo estamos anunciando saberes sociales, intelectuales y de pensamientos solidarios nos allegan formas de vida que refuerzan el proceso actual de transformación, para dar fin al feudalismo y a sus líneas de dominio de formas anacrónicas funestas.
Esos pensamientos anarcos socialistas de responsabilidad comunitaria aparecen como fuerza social con horizontes democráticos, de eliminaciones y purgas de las estructuras que han edificado los poderes anacrónicos y atávicos en mora de desaparecer. Este nuevo pensar político social, construye comunidad, es parte de la evolución basado en la equidad y por lo tanto no hay que temer. El devenir de las complejidades busca valorar holísticamente la sociedad; lo complejo del mundo esta en la línea de la condición humana. En una lectura de Hanna Arendt, en los difíciles momentos de la vida nos llegan luces para erradicar las obsolescencias, y en esas luces se cruzan voces con cruciales saberes de vida nueva que no podemos rehuir que ya nos anuncian la existencia de una tercera guerra mundial confundida dentro de la complejidad que vivimos, pues allí se ciernen batallas encapsuladas que la humanidad no percibe con la claridad propia, pero que si existe. La acción que hoy ejerce usa frente a los migrantes, es una percepción del atentado más salvaje contra la vida humana.
Y no podemos rehuir a ellas, pues su contenido es la expresión humana donde brota la existencia vitalista, donde se desconoce la violencia cuya poética exhala armonía. Entonces desconozcamos esas ideas, esos pensamientos y saberes que nos han venido rigiendo, que lo único que le han dado a la patria es dolor, muerte y miseria; urge que saberes socialistas comunitarios provistos de formas de vida donde el amor social hace presencia en la época más crucial, cuando ya la nación toco fondo. Si observamos el panorama del país, que mayores males nos pueden pasar, estamos viviendo el más deplorable absurdo, negar la dignidad humana. Cobra más interés dar cabida a la vida artificial, sin negarle su utilidad, pero las maquinas están en una carrera sin límite para que el hombre sea reemplazado, sino en su totalidad, si está pasando desapercibido Las maquinas no dan amor, pero no nos interesa nada por recobrarlo.
El amor social cunde sus raíces en la profundidad espiritual, pero la espiritualidad esta materializada y mato al amor, ante la muerte que le hemos dado a su hacedor, cuando el hombre al endiosarse lo quieren reemplazar. Hoy lo artificial cobra vida, mientras la humanización pierde terreno, el ser humano está en la línea de la pérdida de su significación, el campo de la política tradicional se alza bajo sentimientos donde hasta la esperanza es una utopía, viene perdiendo su sentido conceptual, por ello como comunidad de amor tenemos una misión objetiva, política, contra los pensamientos que han satanizado los valores, la ética y la moral, de donde viene el preguntarnos ¿Quiénes somos? ¿Hacia donde nos dirigimos? ¿Qué nos espera?
La anarquía comunitaria depositaria del amor social, lejos de las anacrónicas y perversas ideologías, desbaratadoras de programas de vida, de cambio, de transformación, de saberes que venden sus conciencias con engaños debe contribuir a la construir de un nuevo espacio incondicional. Ese amor que expele el espíritu de un nuevo sentir político y social, es un amor interior que se expande por toda la sociedad. Esa pérdida del encuentro con ese sentimiento es lo que hoy nos esta llevando al odio, a la violencia, a la corrupción, a desconocernos unos a otros, para que surja el super hombre, el Zaratustra, el leviatán, el artificial ismo contra el humanismo.
Refundir la política malévola es de forzoso proceder, no podemos oponernos al cambio, a la reubicación de las estructuras causantes del horror social que impide una gobernanza humana no artificial, ni destructora de la vida. Es un imperativo anarquizarnos con amor social para emanciparnos de todo sistema que imponga al hombre forma de vida a su modo, nocivas e indeseables que atenten contra la dignidad. Después, con la construcción de un futuro sano vendrá una nueva sociedad limpia de vejámenes, de vicios malditos, de seres que sus intereses no es la vida de los demás, que la chantajean sin miseria, para esos, el desconocimiento es el destino a su manera como siempre lo han querido.
El amor social debe renacer con luz propia, porque nadie se basta a sí mismo, ni NADIE es superior al AMOR.
MARIANO SIERRA
Abogado, egresado de la Universidad Libre de Colombia