CARTA ABIERTA: ¿La vida o el mercado?

 

Pasto, 24 de septiembre de 2022

 

Colegas:

Guido Pantoja, Decano de la Facea

Julio Riascos, Director del Cedre

 

Apreciados amigos:

 

A raíz del diálogo que tuvo lugar el viernes 23 de septiembre, en la Cátedra libre: ¿Cuál debe ser el modelo de desarrollo en Nariño?, invito a que complementemos la cátedra con un juego epistolar público.  Esta es mi primera apuesta.  Invito a docentes, estudiantes y trabajadores a que hagan sus apuestas.

 

El tema de la cátedra de ayer era Ampliando el debate del desarrollo: la agroecología una apuesta de vida y paz para Nariño, las ponentes, profesoras Ángela Castillo Burbano y Juliana Sabogal Aguilar.  Por su parte, algunos colegas que asistieron a la Cátedra expresaron su inquietud sobre las limitaciones para la competitividad del departamento de Nariño.

 

Aquí hay preguntas fundamentales, sobre las cuales la Facea y la Udenar deben pensar y dialogar.  Voy a poner sobre la mesa mi apuesta: en última instancia, la pregunta es ¿La vida o el mercado?  En términos de la Economía Política: ¿el valor de uso o el valor de cambio?

 

Para la vida se requieren cosas que tengan determinada utilidad: valor de uso.  El alimento que se consume nutre por sus componentes químicos, no por su valor.  En el mercado vence el que pueda ofrecer mercancías con menor magnitud del valor, que pueda vender a menor precio, obteniendo ganancia: que sea competitivo.  Aquí radica el fracaso de la apertura económica, cuando el presidente César Gaviria decidió meter a Colombia en la oleada mundial del neoliberalismo.  Colombia perdió en la competencia mundial, entre otros, con los productos agrícolas.  Estados Unidos y Canadá, por ejemplo, producen maíz y trigo con una menor cantidad de trabajo; sin hablar de los subsidios a la agricultura.  En Nariño se debe invertir mayor cantidad de trabajo para producir tales productos, por lo cual estos no son competitivos; la solución es dejarlos de producir e importarlos –Colombia importa más del 80% del maíz que consumimos–.[1]  Es decir, perdimos en la competencia, con perjuicio para la vida de los nariñenses.  No obstante, aunque parecería una deducción lógica, la solución no es aumentar la productividad a toda costa para mejorar la competitividad, sino transformar nuestros objetivos de competencia por nuevas formas de comprender la economía. En el enfoque convencional de concentrarnos en el mercado global se genera además otro daño con el aumento de las importaciones, que es universal, el transporte de productos a grandes distancias implica el consumo de combustibles fósiles y, por lo tanto, mayor calentamiento global.

 

La teoría económica ortodoxa ha convertido el crecimiento en un mito. Yo comparto la idea de quienes piensan que el crecimiento de la producción económica es innecesario.  Para demostrarlo, basta con unas operaciones aritméticas sencillas.  La producción del mundo tiene un valor aproximado de ochenta billones de dólares (80 y 12 ceros), si dividimos esta cantidad por el número de familias del mundo, unos dos mil millones, veremos que si se distribuyera la producción equitativamente, cada familia del planeta recibiría el equivalente de quince millones de pesos colombianos cada mes, suficientes para vivir bien.  Por más que crezca la producción económica del mundo, no puede resolverle el problema de los 828 millones de personas que se acuestan con hambre todas las noches (estas son las cifras oficiales, pero pueden ser más).

 

El actual gobierno de Gustavo Petro y Francia Márquez han planteado, sin lugar a dudas, que la vida es la prioridad.  Además, esto es evidente: lo más importante en la vida es la vida misma; sin la vida, para los seres vivos como los humanos, no existe anda.  En la producción de medios para la vida, la Agroecología es una alternativa.  Por eso, ministras/os han hablado de que el desarrollo del campo colombiano es una tarea prioritaria y que esto debe hacerse con un viraje hacia la Agroecología.  En la posesión del nuevo director del SENA, doctor Jorge Eduardo Londoño, el presidente le encomendó la tarea de capacitar a los campesinos en Agroecología.

 

La Agroecología proporciona respuestas a varios problemas actuales del mundo.

 

1- Produce para la vida, por lo que contribuye a la solución del problema del hambre. tradicionales.

 

2- Recupera saberes tradicionales cercanos a la coproducción solidaria entre las comunidades y la naturaleza, en este sentido, responde a lo que nos plantea el químico italiano Enzo Tiezzi: la estética en la ciencia* es entonces lo que permite la superación de una visión científica meramente cuantitativa e inicia las categorías ecológicas fundamentales de la calidad y la biodiversidad;[2]  la Agroecología es interdisciplinar.

 

3- Contribuye a la ralentización del problema ambiental, por dos razones: recupera la biodiversidad, que se pierde con la producción industrializada –como la revolución verde– y disminuye el consumo de combustibles fósiles, gracias a los mercados de circuitos cortos: consumir los alimentos lo más cerca posible de los lugares donde se producen.

 

Voy a proponer, obviamente para la discusión, una opción de desarrollo, ligada a la libertad: un desarrollo para la vida.   Desarrollo es el mejoramiento de los medios para producir los valores de uso necesarios para la vida, la vida deseada, el bienvivir, el vivir sabroso.  El propósito es disminuir el tiempo dedicado al trabajo obligado, el tiempo dedicado a la producción de medios materiales de vida y, de esa manera, aumentar el tiempo dedicado a las actividades placenteras: la lectura, la escritura, el arte, etc., es decir, al ejercicio de la libertad.

 

Espero respuesta de la Facea, sobre la relación entre la vida y el mercado.  No olvidemos que la Misión de la Universidad de Nariño dice: La Universidad de Nariño … forma … con fundamentos éticos y espíritu crítico, para el desarrollo alternativo.

 

Cordialmente,

 

Julián Sabogal Tamayo

Profesor Emérito de la Universidad de Nariño

Miembro de Número de la Academia Colombiana de Ciencias Económicas

Socio de Número de la Academia Nariñense de Historia

 


 

[1] FAO (2019). El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo.

* Según Tiezzi, la belleza en la ciencia está en la complejidad, la ciencia de  Bacon, Locke y Newton carece de belleza porque sólo trata con esqueletos de la realidad.

[2] TIEZZI, Enzo (2006) La belleza en la ciencia.  Hacia una visión integradora de la naturaleza, Barcelona: Icaria, pág. 16.

 

Comentarios de Facebook