El mundo gira y en sus movimientos encontramos enormes encrucijadas que impide un desarrollo justo, atropellando el gran tejido social. Penumbras y contradicciones aliadas al engaño y la mentira se turnan arrogantes formando un oleaje en medio de sonidos estridulantes que emiten los insectos políticos, expresando sus sandeces para acallar la voz de los sufrientes del otrora paraíso. El desorden social tiene sus consecuencias en los desmanes de la conciencia que desvía las conductas de la condición humana, en su afán de poder y ambición. La visión crítica viene dada por el discurrir de la vida y apunta a invitar a ajustar la conciencia para actuar, pensar y decidir. Todo lo que nos muestran el giro de la vida es la muestra más representativa del proceso histórico que se vuelve propio de cada época.

 

Al hombre lo identifican los límites que lo llevan a vivir en el vacío. `La muerte de Dios´  por Nietzsche, parece quitarle ese freno y lo deja en el mundo errante en esa errancia le acompaña al hombre una sequía social y política, convirtiéndole en un ser manipulable, pero en su afán de libertad va en busca del otro, esto es, la interrelación, lo convoca a la convivencia a discernir con el otro yo en un espacio donde es fundamental la unidad comunitaria, clave para la vida contemporánea. Cuando la razón distorsiona la conciencia, el hombre arremete con su irracionalidad e intolerancia que asoma en todos los espacios del mundo.

 

Y en esos espacios, son muchos los sentidos que orientan y desorientan para dar valor a los hechos. Se cometen errores al interpretar la realidad, torciendo conciencias hacia lo que convenga, inclinando la balanza según los pros o los contras, desviando la orientación que toma un asunto. Y todo este clímax lo llamamos sesgo, imperio infame, propio de políticos y medios de comunicación, como también de ciertos opinadores que han perdido el criterio y la identidad de los atributos. En las entrañas sociales y políticas del país se esconden las más funestas pornografías políticas.

 

Esta degeneración estructural es el mayor flagelo que nos gobierna; conciencias erosionadas asumen posiciones que intoxican la razón humana con tal agravante que rompen con la verdad, la ética y la moral, creando la destrucción emotiva para dar vida al odio, al individualismo y a la desesperanza social por medio de arremetidas corruptas al vaivén de tragedias climáticas y sociales. Gandhi afirmó que: … La democracia se rompe con la rienda tensa y solo existirá apoyándose en la confianza…

 

Un leitmotiv que nos circunda en política de estado, se refiere a la conformación de su estructura. Desde los equipos de gobierno que se han conformado por quienes no tienen identidad con el presidente, o mejor con su programa social. Partidos, elites y políticos le imponen sus candidatos con presión para darle apoyo, pero lo que se ha conseguido es que esos candidatos son los que gobiernan imponiendo sus criterios para favorecer a sus jefaturas, con el funesto resultado de gestiones fallidas como corrupción, incumplimiento de programas constitucionales. Esto es, gobiernos con cuerpos ajenos, donde el presidente se convertía en un títere de los grupos que dominan al país, cuyos efectos sobra mencionarlos.

 

La política viene siendo censurada por doquier como si fuera la responsable de la gran problemática mundial. Si la analizamos en todo su concepto, incluyendo el filosófico, la vemos como el sentido de la vida dentro de la condición humana. Ella es contacto, relación humanista de justicia, realidad transformadora. Humberto Cerroni señalo con juicio sincrónico que la política en su praxis se transforma en un problema histórico, que busca restaurar la civilización, evitando criterios arbitrarios. Con gran precisión vemos también lo que nos dice la politóloga por excelencia, Hanna Arendt …La política, es la forma de organización de la convivencia humana, es una necesidad ineludible para la vida humana, tanto individual como social, ya que el ser no es autárquico, sino que depende de la existencia de otros…

 

El cambio no es un simple acto para transformar, es una forma de vida para una nación posible que se denomina sin temor alguno, revolución. Intentar conocer cuál es el panorama hoy del hombre, es analizar las condiciones sociales y políticas, cuyo sentido existencial es dar vida al pensamiento de frustración que se vive. La Naturaleza humana conduce a modificar donde el hombre se une al hombre en lo que está distorsionando, el devenir histórico, para que en su comprensión demos los giros necesarios a nuestra conciencia y a la razón basada en la solidez de la arquitectura de los distintos saberes. Conviene repasar el sentido de revolución que tanto atormenta, diciendo que es una acción del pueblo. Compromiso del hombre que va en contra del desorden sociopolítico, recupera los valores, denuncia los atropellos de un estado, la corrupción y toda la inmoralidad estatal, sucintamente.

 

Vivimos un presente donde la conciencia política aflora percepciones que chocan contra la condición humana. El hombre vive un hambre física, moral y ética, como también global, que lo lleva a encubar indiferencia, malestar y desconfianza, enfrentando retos con resistencia en búsqueda de que se garanticen sus derechos que den valor a su dignidad violada y a su identidad humanista coartada.

 

Los saberes nos están diciendo sobre la decadencia humana; esta lectura da para dos comentarios: 1. El desarrollo tecnológico a gran escala que aprecia un hombre productivo, 2. El hombre cuesta abajo, donde por sus conductas de violencia destructora, social y de la naturaleza por sus dotes de poder, lo muestra como un ser que va al abismo, ante su espíritu combativo violento, lleno de odios y de indiferencia. Quien no deja atrás odios, venganzas, y sentimientos de maldad, seguirá siendo un esclavo de sus angustias, como le acontece a quien no sabe gobernar ni gobernarse así mismo. Nuestro pasado afrontó la violencia estatal que afectó nuestra vida rural y urbana, llegando después el flagelo del narcotráfico con sus guerras, donde a posterioridad han brotada bandas criminales que vienen atentando contra líderes y población civil, sin dejar atrás la monstruosa acción paramilitar con sus macabros actos de falsos positivos entre otros.

 

Palmariamente, hay manifiestos claros, como el hombre guerrea contra su propio pueblo y su hábitat, destruyendo bosques, paramos y campos, convirtiéndonos como una nación antófaga, capitalista, violenta, desmesurada, descompuesta y devoradora, anormal por parte de profetas misántropos que hacen presencia ominosa conjuntamente con activistas de partidos y políticos con sus manifiestos ataques ideológicos, presentándose como fuerza bárbara destructora de los cambios que se vienen perfilando como los procesos de paz total, reformas agrarias y proyectos sociales de gran envergadura. Pasear/ la historia, es clarificar la realidad de ayer y de hoy, determinándonos la añoranza de la revolución, del cambio, de la esperanza, de un nuevo país.

 

Estos aconteceres últimos llevan a producir en la sociedad cambios, que llaman a la revolución de la esperanza. Esta revolución, obra del auténtico que nos enseñó a conocer al hombre y al mundo con el arma más poderosa, el amor y el servicio al otro con la verdad y la palabra, pero que nunca fue comprendido y por eso fue sacrificado, JESÚS, sacrificio que hoy seguimos ejecutando con cuerpos ajenos y con formas de violencia llenas de barbarie, de muerte al hombre y a la naturaleza, dentro de una inquisición que no sabe de perdón y menos de justicia. Compete al hombre tomar conciencia de la historia y la vida de los pueblos, para adquirir existencia y sentido de la misma. Dostoievski es claro al señalar que: …el hombre que tiene conciencia sufre mientras reconoce su pecado. Ese es su castigo…

 

Identificarnos dice la filosofía, es una forma de concientizarnos ideológicamente, pero la ideología circundante tiende a confundir ante los actos de comportamientos donde no está en línea franca con los valores sociales que se cruzan en el proceso cotidiano. Cambiar avatares y conductas a una nación que desde hace más de 200 años viene sumida en guerras intestinas y en la carencia de gestión pública, conlleva a renacer el sueño del libertador como era llevar a cabo su obra política, realidad truncada por su muerte. América Latina, se está reiniciando en su proceso de descolonización, conquista e independencia, con un frente de cambio democrático donde se avizoran oportunidades de transformación y frente a un desconcierto mundial de los imperios en medio de bloqueos, amenazas, coyunturas por el medio ambiente, variaciones apreciables en los cambios de moneda, entre otros no menos importantes.

 

Política y socialmente, el pasado ha estado divido por clases impactadas por el capitalismo. Hoy la historia nos muestra una sociedad de movimientos sociales o grupos de base organizaciones, cuyo fin es el cambio social. Estos movimientos también están para considerarse en actores políticos para coadyuvar en la gestión de gobierno con expresiones sociales para la reivindicación de derechos que se convierten en motores de cambio.

 

El nuevo orden también lo vemos afectado por la desinformación generada por el cuerpo de las comunicaciones. La desinformación viene acompañada por los sesgos, justificaciones, mentira y engaño a la comunidad, que atienden de otra parte a hechos perversos, ataques mal intencionados con violencias abordo, donde se observa la falta de los órganos de control y la justicia, pues, hay que decirlo, que todos estos conflictos lo que hacen es crear un ambiente inconformista.

 

En la mayoría de los países del mundo se soportan partidos políticos y congresos donde impera la corrupción, obviamente, Colombia no es la excepción. Estas instituciones están conformadas por actores donde cunde el desgreño, el lenguaje retórico, la escasez total de ética y moral, y en una gran mayoría los integrantes registran prontuarios judiciales, investigaciones legales por diversos delitos. Y a esta pléyade, no escapan los policiales y militares, lo que nos lleva a deducir que como comunidad constitucional carecemos de representación y de fuerza pública que nos defiendan. Pero el alcance de este flagelo llega hasta los gobiernos municipales y departamentales, y otros organismos de la estructura estatal, donde la orgía tampoco tiene límites. Lo peor es que como pueblo sufrido, seguimos ejerciendo el voto por quienes son nuestros mayores enemigos, causantes de los conflictos que pareciera no tener fin.

 

Un principio, Sine Qua Non nos dice que no puede existir confianza ni credibilidad por parte del pueblo con actores como los descritos, en razón a sus procederes de incumplimiento constitucional y sus constantes actos de entrampamiento en sus funciones de chantajismo propio de quienes llevan el sello retrógrado. Que bien les cabe a estos y otros personajes del régimen central, departamental y municipal aconsejarles la lectura del libro del maestro José ingenieros `El Hombre Mediocre´.

 

Los nuevos tiempos señalan que la búsqueda del cambio, las emancipaciones y la defensa de todo derecho e injustos sociales están en la ruta de las naciones. Procesos del pasado abrieron el camino para conocer como el hombre estableció perversos actos de gobierno, que aún tienen vigencia bajo nuevas formas. Por ello la acción transformadora no descansa para despejar los caminos de tanta ignominia, entrando en este escenario reivindicando saberes, pensamientos limpios y eficaces con nuevas visiones. A través de diálogos, de nuevas estructuras, con la universalidad propia de los pesos y contrapesos de resistir, llegan a la palestra con nuevas interrelaciones civilizatorias.

 

En procura de un nuevo vivir, nuevos activistas jóvenes y mujeres dan respuesta a las crisis pensando en construcción del país. El proceso tiene como base las conquistas políticas que afectan a la sociedad, como es el desorden social y político. Este nuevo devenir requiere del apoyo del pueblo, para lo cual retomamos las palabras del Papa … Tenemos que levantarnos, alzar las voces y armar líos… De esta manera, con un nuevo pensar crearemos nuevos activismos, nuevas personas, nuevo lenguaje liberador con apoyo solidario de todos los pueblos.

 

Esta sucinta reflexión contiene un poco del pasado y otro del presente. Caminando con fe, resistiendo con rebeldía, incursionamos sobre la transformación hacia edificar un nuevo y mejor futuro, que cesares de la decadencia no supieron construir ni entretejer el pensamiento y la acción política. Toda reflexión apunta a través de la palabra oral y escrita a denunciar y liberar los modelos decadentes, donde lo que nos interesa es el hombre de razón y corazón, que se transforme o decaiga en razón a su accionar.

 

 

Mariano Sierra

Abogado, egresado de la Universidad Libre de Colombia.

 

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