Parte 1: Cuarta entrega.

LA FUNCIÓN ACADÉMICA: El eslabón perdido entre el compromiso social de la universidad pública y la libertad de cátedra.

 

Hacia la construcción de un estatuto académico para la Universidad de Nariño.

 

Primera parte: Conceptualización de la función académica

 

3. LAS FUNCIONES MISIONALES DE LA UNIVERSIDAD PÚBLICA: En contra de la instrumentación estatal para reproducir ideologías dominantes e intereses gubernamentales

 

3.1.  La Misión de la Universidad pública

 

A diferencia de la universidad privada, la universidad pública tiene una misión que no se agota en la formación de profesionales o en la calidad académica, cualesquiera que sean sus connotaciones, como tampoco sus funciones misionales deben ser las mismas de la universidad privada. La universidad privada es un negocio. La rentabilidad y el crecimiento del capital son sus directrices rectoras. La calidad de la formación que imparten está más en función del mercado, es decir, de las características de la oferta y demanda, que en relación a una función social. Por supuesto tienen una función social y política y el rol educativo que desempeñan es fundamental para la sociedad, e igualmente comparten con la universidad pública algunas funciones misionales. Incluso entre las Universidades privadas hay diferencias de categorías que se reflejan en la distinción de sus propósitos misionales.

 

Pero la universidad pública debe enfocarse en una misión mucho más exigente que la formación profesional de calidad, e incluso debería enfocarse más en las disciplinas que en las profesiones y ocupaciones, como lo permite la ley 30, y no debe mimetizarse con la universidad privada ni en su misión ni en sus funciones misionales. Así, por ejemplo, contribuir al equilibrio de las oportunidades sociales, fomentar un pensamiento propio, formar con espíritu crítico como subversidad, consolidar una autonomía libre de ideologías oficiales dominantes, formar políticamente a docentes y estudiantes, propugnar por una educación subversiva en contra de un sistema social injusto, ser inclusiva y pluricultural, el pluripensamiento,  (pluriversidad), preservar la conciencia y  compromiso de ser región, contribuir  a la búsqueda de desarrollos alternativos y de alternativas al desarrollo, el diálogo de saberes con la sociedad, entre otros ejemplos, podrían ser las búsquedas de la universidad pública, que la diferencien de la universidad-empresa privada. Es notorio que para estos propósitos misionales no bastarían solamente la investigación, la docencia y la interacción social, ni su articulación y menos su yuxtaposición, en tanto no representarían la misión diferenciadora de la universidad pública, pues ambos tipos de universidad las comparten. Se constituyen en medios que junto a otra gran variedad de estos contribuirían al logro de las funciones misionales para la universidad pública.

 

Por ello, el contexto de la discusión debe ser la universidad pública, además porque se trata de la Universidad de Nariño y para ella se perfila esta búsqueda de la función académica y su concreción en un estatuto (o como se le llame) académico.

 

En la siguiente gráfica se ilustran las dimensiones y sus relaciones en términos de los modelos de investigación y desarrollo que sintetiza la proyección del  desempeño de las universidades.

 

Fuente: Haselkorn (2012).

 

La Universidad pública, y para el caso nuestra universidad de Nariño, debería caracterizar su modelo de gestión académica, que puede o no estar en el marco de lo que ilustra esta gráfica, o por lo menos el énfasis al que se enfocaría, tanto en las dimensiones ilustradas por la gráfica, como en las relaciones que se establecen en cada cuadrante, lo que podría generar un marco más preciso en el que se conceptualizaría la función académica. Lo que se observa en los documentos rectores de nuestra universidad, es una apuesta a todos los cuadrantes, y a todas las relaciones entre las dimensiones Sociedad, academia, docencia e investigación, desarrollo e innovación. (Ver anexo 1) (El marco puede ser otro, los modelos pueden ser otros, pero lo importante es ilustrar con este ejemplo. Otro ejemplo, un modelo alterno basado en los conceptos de subversidad y pluriversidad de Boaventura de Sousa Santos).

 

La universidad pública debería, pues, contemplar en su Misión los elementos constitutivos de una educación superior subversiva (otros dirán alterna, lo cual es distinto) y no adaptativa a un orden o desorden social imperante, a todas luces injusto.

 

3.2. La dispersión de la Misión de la universidad

 

En la línea de seguir cuestionando las tradicionales funciones misionales estatuidas por el gobierno colombiano, cuyos orígenes mundiales obedecen a condiciones históricas internacionales, desde la enseñanza, pasando por la investigación, luego la extensión, y en la contemporaneidad consolidándose con el acuerdo de Bolonia y su ulterior proceso llamado proceso de Bolonia, hasta años recientes y adoptado oficialmente por nuestro país y nuestras universidades, en el marco del Neoliberalismo, en el que las funciones misionales de la universidad se han relegado a la docencia, la investigación y la interacción social, sin distinción entre la universidad privada y la pública. Sin embargo, autores y universidades han ampliado esta visión misional, de tal manera que se observa en que cada vez se le han ido agregando funciones a esta institución de la educación superior llamada Universidad, hasta el punto de que las tradicionales de docencia, investigación y extensión o proyección social o interacción social, se han ido diluyendo en un conjunto de funciones y perspectivas cada vez más amplio, en el que a veces son tratadas como objetivos y no como funciones y en algunos modelos pedagógicos como métodos y en otras instancias como actividades, y a veces olvidadas como tales.

 

Para una muestra, en el anexo 2 se relacionan las Misiones de las universidades públicas colombianas.

 

3.3 El carácter de las funciones misionales

 

La Misión en una organización es la declaración expresa de su razón de ser, de la esencia de su quehacer y de su rol o función fundamental en la sociedad, así como de sus grandes propósitos sociales. Una función organizacional es una tarea o conjunto de tareas, responsabilidades y actividades asignadas a los cargos o a las áreas de gestión, necesarias para contribuir al logro de un objetivo. Un objetivo es un resultado a lograr. Todas las acciones de una organización deben estar alineadas con su Misión y su Visión, como prioridad organizacional. Una función organizacional no es un resultado sino un medio. No obstante, cuando se habla de funciones misionales, ya no se trata de un medio sino de los grandes propósitos sociales y fundamentales de la organización. Un propósito fundamental es la finalidad última a la que apuntan varios objetivos de una organización, y pueden ser varios propósitos de esta naturaleza, es decir, misionales, y todos pueden ser declarados en la Misión (es un esquema, una opción, y es la que se adopta para esta exposición), y constituyen los propósitos misionales o las funciones misionales, a los que se deben alinear los objetivos, los procesos, las estrategias y objetivos declarados. De esta manera, las funciones misionales, o lo que es lo mismo: sus propósitos fundamentales o misionales en la sociedad, constituyen en su conjunto la Misión de una organización. Una función misional, entonces, no es una función organizacional, es decir, no es una tarea o responsabilidad o actividad al interior de una organización, sino la declaración de la función dentro de una sociedad, esto es, de un propósito fundamental que se compromete a cumplir, y si son varias funciones misionales serán varios sus propósitos, es decir sus compromisos fundamentales con la sociedad. Esto implica que las funciones organizacionales deben operativizar las funciones misionales, por lo que, para el caso de una universidad este papel lo debe cumplir una sola función: LA FUNCIÓN ACADÉMICA, la que debe contribuir al logro de los grandes propósitos de la universidad, es decir, a las funciones misionales que se establezcan. Luego la función académica no es una función misional sino organizacional, de carácter operacional.

 

Aquí vale la pena preguntarse si la formación, bien sea integral, de seres humanos, ciudadanos y profesionales, con espíritu crítico, etc, colma la Misión de una universidad pública, si la docencia es una función misional, es decir, un propósito fundamental como compromiso social, o es una función organizacional, es decir, un medio, para propósitos misionales de mayor alcance. Igualmente, este cuestionamiento es válido para la investigación y para la interacción social, y para la articulación de estas tres funciones organizacionales, como lo estipula nuestro PEI. En esta disertación la respuesta es que son funciones organizacionales, incluyendo la articulación de las funciones organizacionales, al servicio de funciones o propósitos misionales.

 

Se concluye que la función academia consagrada en el PEI de nuestra universidad y definida como la relación entre docencia, investigación e interacción social, NO es una función misional sino organizacional, que debe re conceptualizarse en la medida en que la Misión y las funciones misionales se identifiquen y se caractericen, porque estas tres funciones organizacionales tradicionales y su articulación, que también se considera una función organizacional, no bastarían para lograr cumplir con la Misión y las funciones misionales.

 

Debe haber, por supuesto, consistencia y consecuencia entre la Misión y las funciones misionales, no en el sentido de que estas sean un medio para lograr aquella sino como propósitos constitutivos de la Misión, en función de los compromisos con la sociedad, proyectados por la universidad.

 

3.4 La función académica como dependiente de las funciones misionales

 

Derivado de lo anterior, es imperativo definir primero las funciones misionales para conceptualizar la función académica, puesto que dependiendo de las características de aquellas se caracteriza esta. En otras palabras, la función académica es la variable dependiente y la función misional la independiente. En términos matemáticos en relación a la teoría de funciones se puede expresar así:

 

FA = f(FM)

 

En donde: FA, es la Función académica y FM es la Función Misional.

 

Es decir, la connotación de la función académica dependerá de las características de la función misional. Mas, cada función misional depende en su implementación y logros de un conjunto de acciones que la posibiliten.

 

¿Si existen varias funciones misionales, habrá una función académica distinta para cada función misional? En principio es así; no obstante, es preferible acudir a la teoría de conjuntos, para entender la función académica como un conjunto e igualmente las funciones misionales como otro conjunto, que en suma debe incluir la relación individual correspondiente entre cada función académica y cada función misional. En otras palabras, la función académica dependerá del conjunto de acciones tendientes a la realización de las funciones misionales, lo que le da su identidad como conjunto; es decir:

 

FUNCIÓN ACADÉMICA = {Acciones para lograr las FUNCIONES MISIONALES}

 

De los documentos rectores revisados, y en el marco del esquema expuesto, se infiere que la Misión de la Universidad de Nariño debería reformularse (como se debió haber hecho en el nuevo direccionamiento estratégico 2021-2032, para el que, inexplicablemente se mantuvieron incólumes tanto la Misión como la Visión del 2008, lo que abarcaría un período de 24 años, decisión nada recomendable) desde la perspectiva de una actualización del PEI y en el marco del PDI, puesto que este rebasa los alcances del PEI y de la Misión, y claramente de la Visión. No obstante, a manera de ilustración, retomamos el PEI y la Misión vigentes, y ejemplificamos con lo que serían algunas funciones misionales identificadas en los diferentes documentos referenciados. Son estas:

 

-Formación de seres humanos

-Formación de ciudadanos

Formación de profesionales

-Desarrollo alterno

-Responsabilidad social

-Investigación e innovación del conocimiento

-La investigación como desarrollo del pensamiento crítico

-Currículo, interacción social y desarrollo autónomo de educandos

-Pertinencia, interdisciplinariedad y  transdisciplinariedad

-Articulación PEP y sociedad

-Currículo y alternativas de vida

-Desarrollo alternativo

-Diálogo con los saberes ancestrales

-Debate político

-Transformación regional

-Universidad-región

-Formulación de soluciones a problemáticas sociales

-Pensamiento propio

-Interculturalidad y construcción de paz

-Construcción social del conocimiento

-Currículos inter y transdisciplinarios

-Formación para la investigación

-Currículo e internacionalización

-Currículo para el pensamiento crítico y la cultura política

-Formación -humanista

-Centro de pensamiento crítico y político

-Formación humanista y política

 

Se toman, para efectos de ilustración, la siguientes funciones misionales o propósitos misionales o promesas institucionales como compromisos con la sociedad, para explicar lo que sería la función académica como función organizacional: Formación de seres humanos (FSH), formación de ciudadanos(FC), formación de profesionales (FP), fomento al pensamiento crítico (FPC), desarrollo alterno (DA), Universidad-región (UR), contribuir a la transformación regional (TR), pensamiento propio (PP), cultura política (CP),  interculturalidad y construcción de paz (ICP), formulación de soluciones a problemáticas sociales (FSPS), pertinencia, interdisciplinariedad y  trans disciplinariedad (PIT), investigación e innovación del conocimiento (IIC) y construcción social del conocimiento (CSC), como ejemplos, entre los muchos propósitos misionales trazados por la Universidad.

 

Se trata de responder a la preocupación de generar los espacios académicos, intra aula y extra aula, curriculares y extracurriculares, que en la práctica académica obedezcan sistemáticamente a la búsqueda de concretar estos referentes. La cuestión es si esto se está realizando, o si no basta lo que se viene implementando, o si hay un gran abismo entre estas funciones misionales y la realidad académica y por tanto las funciones organizacionales de docencia, investigación e interacción social y su anhelada integración no bastan. Hay que operativizar académicamente lo consagrado en el PEI, en los PEP, en el Estatuto General y en el PDI, desde las funciones organizacionales que se identifiquen, desempeñadas por los diversos actores de la institución y externos a esta, en razón a estas grandes responsabilidades misionales. Estas funciones organizacionales se concretan en procesos, estrategias y acciones académicas cuya focalización apunta a estos trascendentales propósitos misionales.

 

El problema radica en que cada una de estas funciones misionales mencionadas es muy compleja y no se pueden generar recetas operativas que desde el positivismo salven la brecha entre el discurso y la realidad, sino que, desde el pensamiento complejo y la complejidad organizacional, esta operatividad responda a búsquedas académicas incesantes que nos vayan aproximando al cumplimiento de tales funciones misionales, así estas se alejen cada vez más de nuestros esfuerzos académicos. Lo importante es, pues, ser cada vez más consecuentes entre las funciones misionales y la generación de espacios académicos de variadas estirpes, respetando la bien entendida libertad de cátedra comprometida. Y esta consecuencia es la razón de ser de la Función Académica y del estatuto académico que de ella se derive.

 

Así, por ejemplo, si tomásemos el referente de fomentar el pensamiento crítico (FPC) entre docentes, estudiantes y actores sociales involucrados, la función académica (FA) se expresaría así:

 

FA = f(FPC)

 

Pero esta función misional de fomento al pensamiento crítico requiere de muchas acciones académicas y extra académicas para ser consistentes con ella, por lo que se concluye que está en función de tales acciones, así:

 

FPC = f(AA)

 

En donde AA son las acciones académicas.

 

Y como:

 

FA = f(FSH, FC, FP, FPC, DA, UR, TR, PP, CP, ICP, FSPS, PIT, IIC, CSC, etc)

 

De donde se desprende, nuevamente, que la Función Académica es un conjunto de procesos, estrategias, acciones, etc, a las que en su conjunto le llamaremos genéricamente procesos, generados por los diversos actores en su interacción y focalizadas al logro de las funciones misionales.

 

Es evidente que estas funciones misionales superan los estándares estatales, y la instrumentación Neoliberal para la Universidad Pública especialmente, la que podría superarse definitivamente si se conciertan con la comunidad académica y con la sociedad otros propósitos misionales esenciales, como los currículos inter disciplinarios que generen trans disciplinariedad, fundamentados en las disciplinas y no en las  profesiones u ocupaciones, con sus respectivas y particulares titulaciones, como lo permite la ley 30, en una educación subversiva o por lo menos alterna, o en la búsqueda de alternativas al desarrollo, por ejemplo.

 

A manera de propuesta de lo que podría ser el concepto que caracteriza la función académica para la Universidad de Nariño, se presenta a continuación esta posibilidad conceptual:

 

La función académica se concreta en un conjunto de procesos integrados e integrales que los diversos actores involucrados generan de manera sinérgica, para su aprendizaje disciplinar, inter y trans disciplinar, en el marco de la construcción y deconstrucción del conocimiento y en las funciones misionales que definen los compromisos de la Universidad con la sociedad.

 

La función académica se desarrolla como un macro proceso complejo cuyo eje transversal es la dinámica de la epistemología de cada disciplina del conocimiento, a través del cual los actores académicos internos de la universidad y los externos de la sociedad se transforman en la medida en que aprenden mutuamente, en función del desarrollo alterno regional y de las alternativas al desarrollo, en el contexto nacional e internacional.

 

La misión de la función académica es la de transformar a los actores involucrados mediante la interacción entre estos, en función de la formación de seres humanos, ciudadanos y profesionales, fomento al pensamiento crítico, el desarrollo alterno, la búsqueda de alternativas al desarrollo, Universidad-región, contribución a la transformación regional, pensamiento propio, cultura política,  interculturalidad y construcción de paz, formulación de soluciones a problemáticas sociales, pertinencia, interdisciplinariedad y trans disciplinariedad, investigación e innovación del conocimiento y construcción social del conocimiento, en el contexto de una educación subversiva y no adaptativa.

 

Esta conceptualización se consideró como el primer paso de la metodología que propuse en los dos documentos de las Consideraciones metodológicas sobre la construcción del estatuto académico.

 

En la vía hacia la construcción de un estatuto académico, el siguiente paso propuesto en esas consideraciones metodológicas es el de la deconstrucción de este concepto, o cualquiera que sea, ejercicio fundante para proseguir con la formulación de esta regulación académica, para lo cual vuelvo a recomendar la metodología que propuse.

 

Para que la función académica sea realidad y no se quede en el papel, surge la necesidad de un estatuto académico o como finalmente se le denomine, que regule su implementación y los compromisos de los diversos actores e instancias organizacionales involucrados.

 

Antes de describir los aspectos o capítulos generales de este posible estatuto es imperativo precisar algunas consideraciones vitales, que podrían convertirse en principios organizacionales y académicos de dicho estatuto, y que constituyen la deconstrucción del concepto presentado como posibilidad, segundo paso de la metodología que propuse.

 

 

CARLOS ARTURO RAMÍREZ GÓMEZ

Docente tiempo completo

Administración de empresas

Universidad de Nariño

 


 

Entrega 3.

LA FUNCIÓN ACADÉMICA: El eslabón perdido entre el compromiso social de la universidad pública y la libertad de cátedra

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