Cuando en Latinoamérica, España o Portugal escuchamos un villancico, es muy probable que esta música nos traslade inmediatamente a la época navideña y la relacionemos con la celebración del nacimiento del Niño Jesús. Sin embargo, los villancicos no siempre tuvieron una connotación religiosa o cristiana, y sus orígenes se remontan a culturas y momentos quizá diferentes y distantes de los que vivimos en la actualidad.

 

Cuenta la historia que los villancicos, también llamados como villancejos o villancetes, se gestaron durante la época del Renacimiento, aunque hay indicios de su existencia desde la Edad Media. En ese entonces, estas formas musicales se constituyeron como composiciones poéticas acompañadas por melodías sencillas, alegres, irónicas y picarescas de orígenes populares e inspiradas en los cantos, bailes, celebraciones y vivencias de los campesinos, artesanos y comerciantes o villanos, quienes fueron los habitantes de las primeras localidades urbanas o villas.

 

Aunque es posible encontrar villancicos vinculados con el Cristianismo desde el Medievo, estos cantos estaban prohibidos dentro de los templos porque se consideraban profanos, pues carecían de los fines sagrados establecidos y aceptados por la Iglesia en aquella época. No obstante, a mediados del siglo XVI y bajo una campaña evangelizadora, se incluyeron dentro de los rituales religiosos a ciertos cantos en la lengua local de los pueblos, lo que contribuyó con la popularización del villancico en los actos eclesiásticos de todo tipo. Sin embargo, es a partir del siglo XVIII que dichas canciones comenzaron a relacionarse directamente con las celebraciones navideñas, quedando los villancicos en la memoria actual como la música referente de la Navidad, principalmente en España, Portugal y Latinoamérica, donde fueron ampliamente difundidos por la Iglesia Católica. Ejemplo de esta tradición, son los villancicos de origen hispano A La Nanita Nana, Campanas Navideñas y Cantar de los Ángeles.

 

Igualmente, es de resaltar que la música dedicada a la Navidad también ha sido popular en el resto del mundo Occidental, siendo posible hallar a los Christmas Songs o Carols dentro de las tradiciones anglosajonas o a los Chants de Noël o Noëls en la cultura franco parlante. Entre estas canciones se encuentran Adeste Fideles, un himno portugués entonado para la bendición navideña en países como Inglaterra, Francia, España y Portugal desde el siglo XVIII; o la canción austriaca Noche de Paz, el villancico más popular de todos los tiempos y sobre el que se han tejido numerosas leyendas e historias, siendo popularmente conocido el protagonismo que tuvo en la Tregua de Navidad de 1914 en la Primera Guerra Mundial, donde éste fue cantado simultáneamente por los soldados británicos y alemanes, logrando unión de los bandos opuestos durante el cese al fuego gracias a la intervención de esta bella música.

 

En Colombia, un país colmado de tradiciones y celebraciones donde la Navidad nunca pasa desapercibida, los villancicos se han convertido en sinónimo de Niño Dios, diciembre, pesebre, novenas, aguinaldos, historias, recuerdos, infancia, familia, amigos, regalos, comida, luces, fiesta, unión, fraternidad, solidaridad, fe, recogimiento, esperanza, paz, caridad, amor y todo aquello que entraña la Navidad, encontrando en la música un conductor que ha logrado trasmitir el espíritu de la tradición y de la alegría del pueblo a través de estas canciones.

 

Es así como al ser la música una representante de la humanidad que acoge dentro de sí a todo un cúmulo de historias, prácticas, estéticas, saberes, sentires y pensares, la preservación, promoción y divulgación de costumbres como los villancicos, se convierten en una manera de favorecer la protección de la identidad cultural y de la experiencia humana tanto local como global. Consecuentemente, la presente selección de villancicos, cuyos arreglos derivan de la experiencia, conocimiento, reflexión, investigación, amor y sensibilidad del Maestro José Revelo Burbano, se convierten en una contribución al enriquecimiento y actualización de la tradición; y en una herramienta que amplía las posibilidades de interpretación, expresión, educación, divulgación y protección de la música en pro del beneficio cultural y de la conservación del espíritu navideño.

 

Finalmente, quedan invitados a conocer este hermoso trabajo, deleitarse con la alegría de la Navidad y a seguir siendo parte de la historia de la humanidad.

 

 

Vanessa Jordán Beghelli

 Doctorante en Música con énfasis en Educación Musical de la Universidad Nacional Autónoma de México.

 

 

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