Profesores, estudiantes, colegas y camaradas, un cordial saludo y enorme agradecimiento al profesor Julián Sabogal Tamayo: maestro de multitudes.

 

 

Tuve desde pequeña las enseñanzas de mi padre, quien me adentró en el fabuloso mundo de la lectura, otorgándome como legado la recurrencia perenne de no desestimar -bajo ningún concepto- el abordaje de los prólogos de cada libro que llegaba a mis manos. Los prólogos devienen en fuente metodológica y epistémica de la fascinante grafía que rebasa los capítulos y epígrafes de las ediciones posibles de cada obra.

 

Julián Sabogal Tamayo, profesor Titular de Pensamiento Económico en la Universidad de Nariño, además de Profesor Emérito, lo percibo como un ferviente ocupado y preocupado por trasmitir a través de su obra teórica y práctica, los recursos metódicos que permitan a los estudiantes y gentes del común, aproximarse críticamente a las bases epistémicas de una percepción diferente de las ciencias sociales, económicas, filosóficas, políticas y sociológicas, en concomitancia con la teoría marxista, leninista y el pensamiento alternativo, que es o viene siendo, el de nuestros pueblos de América Latina y el Caribe.

 

No pretendo reiterar los contenidos de su vasta obra y en particular, la de este libro en su segunda edición: “Marx y la Economía Política”, prefiero enfocar la atención hacia dos aspectos trascendentes -desde mi punto de vista-, a saber: la importancia de las obras originales del marxismo y el leninismo desde nuestras perspectivas reales en la región y la articulación con el pensamiento marxista de los estudiosos contemporáneos.

 

No tengo la menor duda, que levantar las áreas de complejidades presentadas por Sabogal, en torno a la Economía Política en Marx, nos acerca a una visión crítica del valor de su obra para la transformación revolucionaria del orden imperante, tanto desde la perspectiva anti escolástica, como de la acción revolucionaria emancipadora. De manera que, las dos representaciones nos acercan a la teoría de la revolución social presente en la vasta obra del Prometeo de Tréveris, desde dos presupuestos:

  1. Que el marxismo es inacabado, Marx y Engels no terminaron su labor. Hay una evolución en su pensamiento, prácticamente en todas las dimensiones disciplinarias, incluyendo la teoría de la revolución social.
  2. Contrario a lo que se nos ha pretendido hacer creer, Marx y Engels no elaboraron una concepción del desarrollo de la historia lineal, sino, multi lineal.

 

Lo cual forma parte de la evolución del pensamiento de estos dos hombres. Este asunto tiene que ver con el tratamiento que se le ha venido dando a su pensamiento como una noción euro centrista y otros lo ven como el Marx europeísta. Esta cuestión demandaría una serie de precisiones para saber de qué estaríamos hablando. Por eso, Julián Sabogal Tamayo enfatiza acerca de la lectura manualística de la obra marxista, en tanto, cito: “(…) adquieren vida propia y terminan reemplazándola”. (2007: 79)[1]. Justipreciando como positivo, todas las lecturas posibles que hagamos de la obra original de Marx, lo que encierra un enorme valor, en tanto, nos compulsa a tener un pensamiento crítico y proactivo, he ahí, su gran aporte pedagógico: el que pensemos con cabeza propia. Pero para eso, hay que estudiar, estudiar, estudiar y volver a estudiar, su libro nos está despejando el camino para comprender toda la dialéctica inmanente y trascender el anquilosamiento de aprender y no aprehender lo que el método de investigación nos aporta. No es posible, digo yo, estudiar y no investigar, no vasta en lo absoluto apertrecharse de conceptos, repetirlos y no superarlos científicamente. Gracias maestro, usted ha develado en su obra ese aprendizaje.

 

Cuando se pensó en la posibilidad de que la teoría marxiana fuera universal, Marx en la carta a Mijailovsky, a fines de 1877, rechaza directamente que él tuviera semejante concepción y declara que: “Me honra y me avergüenza a la vez demasiado”1, es decir, era hacerle demasiado honor y demasiado escarnio. Carlos Marx no sería un hombre demasiado brillante si aceptara tener una concepción de ese tipo. Por eso, aclara muy bien que cuando él habla de los distintos modos de producción y la manera específica de la evolución, se refería de forma especial al proceso concreto de Europa y que en ningún momento concebía una fatalidad histórica, un modelo (como diríamos hoy), que sería único para todo el mundo y que todo el mundo tendría que pasar por los estadios que pasó Europa obligatoriamente. Por eso declara:

 

Estudiando por separado cada una de estas formas de evolución y comparándolas luego, se puede encontrar fácilmente la clave de este fenómeno, pero nunca se llegará a ello mediante el pasaporte universal de una teoría histórico-filosófica general cuya suprema virtud consiste en ser suprahistórica. (Marx: 1877).[2]

 

Así, en la obra del maestro Sabogal, es posible apreciar un entramado -aun no agotado- acerca de la dialéctica entre economía y política, en tanto, todavía hoy continuamos reduciendo en nuestros análisis epistémicos, uno de los dos lados de esta dimensión y responsabilizamos mecánicamente a Marx de un determinismo que jamás acompañó su pensamiento. De manera que en “Marx y la Economía Política” estamos en presencia de un entramado literalmente evidente que pone a relieve lo que he denominado “Santísima Trinidad Marxista” y se corresponde con la lógica de atrapar para los análisis desde las Ciencias Sociales, las circunstancias históricas, la determinación económica en última instancia y el tejido social como un juego mutuo de acciones y reacciones, que es la expresión tangible de su método de investigación, por eso Marx dice a Pavel Annenkov el 28 de diciembre de 1846: “¿Qué es la sociedad, cualquiera que sea su forma? El producto de la acción recíproca de los hombres”.[3] Es preciso volver a la dialéctica y atrapar el sentido de las circunstancias históricas que rodean los procesos que están teniendo lugar. Ideas muy bien conectadas en la obra del maestro Sabogal, y que insisto en apreciar desde su entramado dialéctico y metodológico.

 

La inclusión del Capítulo XV “Marxistas contemporáneos”, nos revela nuevas miradas a asuntos epistemológicos aun no sellados, todo lo cual, favorece la fertilidad de la teoría marxista y leninista tales como: la concepción de modos de producción: las polémicas en torno al sistema-mundo capitalista: la acumulación de capital; la articulación del pensamiento marxista a las circunstancias de nuestra área geográfica; los problemas ecológicos o ambientales resultado de la sobreexplotación de la madre naturaleza; la dinámica entre relaciones de producción y fuerzas productivas, su dependencia o no frente a la superestructura social; la relación entre lo objetivo y subjetivo; el deterninismo económico; la teoría del valor y la de revolución socialista en nuestras circunstancias históricas. Los invito a reflexionar sobre esta obra y solicito encarecidamente al maestro: ¡No abandone a sus discípulos, venceremos!

 

Muchas gracias.

 

 

Dra. C. Kenia Echevarría Fraga

Profesora del Doctorado de Filosofía de la Universidad de La Habana, Cuba

 

 

[1] https://www.maarxists.org/espanol/m-e/cartas/m1877.htm

[2] Ibídem

[3] https://pcmml.files.wordpress.com/2011/12/cartaapavelvasilievich.pdf

 

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