Este dilema, obviamente negado por el gobierno, volvió a plantearse el día sin IVA.  Como era previsible, en ese día, la población de las ciudades se lanzó masivamente a los centros comerciales, haciendo caso omiso de las medidas que previenen la contaminación del covid-19.

 

Como si la consigna fuera: la vida no importa, si se trata de comprar objetos baratos.  De parte del gobierno, el propósito de la medida del día sin IVA era aumentar las ventas, en otras palabras, favorecer al capital: la vida no importa, cuando se trata de aumentar las ganancias de los capitalistas.

 

Hay una consideración, sobre la cual la prensa ha hecho especial énfasis, que esquiva el enfoque del problema fundamental.  Es la consideración sobre el comportamiento de las personas, si ellas saben que la vida está en peligro ¿por qué se arriesgan?  Creo que, en este aspecto, la causa fundamental ha sido obviada.  El sistema capitalista durante varios siglos ha sembrado en la consciencia de la gente la importancia de ser comprador.  Para muchas personas, los valores de uso no se consumen para satisfacer necesidades vitales sino para adquirir status, este es el mensaje de toda la publicidad.  El propósito de la publicidad es convencer a las personas de que compren lo que no necesitan; lo que se compra exclusivamente por necesidad –ejemplo, las muletas– no son objeto de la publicidad.

 

Como bien sabemos, la mayor parte del tiempo de la radio y la televisión está dedicado a la publicidad, es decir, tiempo dedicado a sembrar en la mente de la población la importancia de ser comprador.  Esto fue lo que se expresó el día sin IVA.

 

La mayor parte de la gente que se lanzó a las calles, poseída por el espíritu del consumismo, no lo hizo para comprar artículos de primera necesidad.  Las personas que están con hambre, que no cuentan con medidas de apoyo de parte del gobierno, no salen a buscar el último televisor ni el último celular sino medios para sobrevivir y casi nunca pueden adquirirlos, incluso sin IVA.

 

Los defensores del capital saben que se trata de vender lo más posible, para aumentar los ingresos y así subir las ganancias que son el alimento del capital.  Como lo demostró el día sin IVA, mayores ventas se alcanzaron a costa de mayor riesgo para la vida: más ganancia para el capital, menor oportunidad para la vida humana.  El gobierno, por ser capitalista, está del lado del capital, ¿quién defiende la vida?  Tendrán que hacerlo las organizaciones políticas de los trabajadores y las organizaciones populares.

 

¿Y… la Universidad?  Por ahora, al menos en Economía, los enfoques fundamentales están del lado del capital; esperemos que la pandemia lleve a la reflexión.  Los estudiantes, salvo pequeños grupos políticos de izquierda, no parecen enterados del peligro en que se encuentra la vida, particularmente la vida humana.  Ojalá, cuando la mayor parte de la población entienda que la vida está en peligro y que los defensores del capital no la pueden defender, no sea demasiado tarde.

 

Consumismo, caricatura Ignacio Villamil

 

Ojalá, cuando la mayor parte de la población entienda que la vida está en peligro y que los defensores del capital no la pueden defender, no sea demasiado tarde.

 

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Julián Sabogal Tamayo
Profesor Titular y Profesor Emérito de la Universidad de Nariño, adscrito al Programa de Economía; ha sido profesor de la Universidad Nacional de Colombia y de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua, UNAN. Miembro de Número de la Academia Colombiana de Ciencias Económicas, Doctor Honoris Causa de la Universidad Simón Bolívar de Barranquilla. Socio fundador de la Asociación Colombiana de Economía Crítica, autor de 18 libros, autor de artículos publicados en revistas y periódicos de Colombia y del exterior.

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