El Tambo, El Peñol y Taminango son los municipios objeto de estudio como representantes del bosque seco nariñense, uno de los ecosistemas más amenazados

 

 

Los ecosistemas de bosques estacionalmente secos en el Neotrópico están distribuidos desde el norte de México hasta el sur brasileño y constituyen el 66.7% de la superficie de bosques estacionalmente secos del mundo (Miles et al., 2005).

 

En Colombia se estima que su extensión total debió de ser de 80.000 km2 en el territorio nacional, de los cuales actualmente solo queda cerca del 3% de superficie (Etter 1993, Díaz 2006).

 

En Nariño, la zona xerofítica andina es un área prioritaria de investigación y posible conservación por ser un área única en el interior de los Andes; es considerada una de las formaciones xerofíticas más importantes del país (Delgado et al 2007), Los bosques secos en Nariño han sido objeto de grandes transformaciones por prácticas como la agricultura, la ganadería y la deforestación, disminuyendo con ello la vegetación y las poblaciones de animales silvestres.

 

Los tres municipios objeto de estudio (El Tambo, El Peñol y Taminango), como representantes del bosque seco nariñense, tienen un total de 19 corregimientos y 107 veredas, con una extensión de 1,686.83 Km2, ocupados por un total de  38,760  personas y con una densidad poblacional promedio de 42.7 habitantes por kilómetro cuadrado. Del total de la población, el 50.94% son hombres y el 49.6 % mujeres. El 27.49% de la población total de los tres municipios estudiados reside en las cabeceras municipales y la otra parte de la población que representa el 72.51 %, reside en la zona rural, situación que conlleva a un alto índice de ruralidad.

 

En los tres municipios se presentan largos periodos de sequía, tienen problemas en cuanto a la distribución del agua; según los pobladores, esta  se queda en las partes más altas de la zona donde es usada para riego, dejando a los pobladores de las zonas más bajas sin este recurso vital.

 

En cuanto al analfabetismo, en Taminango predominan las personas que no saben leer ni escribir, principalmente corresponden a adultos mayores, mostrando la realidad de los bajos niveles de escolaridad, propia de las poblaciones rurales del país, sin excluir a la población mayor de 15 años que también se encuentra en el analfabetismo.

 

Los invitamos a hacer parte de esta iniciativa; tenemos un ecosistema único, no solo para Nariño, sino para Colombia, por lo cual debemos protegerlo. Ayúdenos.

 

Las cadenas productivas más significativas en los municipios de El Tambo, El Peñol  y Taminango,  se caracterizan por tener cultivos de maní, frijol, maíz y frutas como el maracuyá y el limón, también hace presencia el banano, el café, la caña, la cebolla cabezona, el pepino y el pimentón. En cuanto a animales, la mayor participación se da en la cría y cuidado de gallinas, cuyes, conejos y cerdos, siendo la cría de gallinas la más representativa en los tres municipios.

 

 

Justificación para la declaratoria 

 

Dada la importancia del bosque seco y en especial para el departamento de Nariño, diferentes entidades como Corponariño, TNC, Fondo Acción, Asociación GAICA, GIEE y la comunidad que habita estas zonas, estamos interesados en impulsar la declaratoria del bosque seco como área protegida; para ello tenemos las siguientes justificaciones:

 

Representatividad de ecosistemas. En la actualidad el bosque seco tropical se constituye en uno de los ecosistemas más amenazados en el Neotrópico (Janzen 1983). En Colombia el bosque seco tropical es considerado entre los tres ecosistemas más degradados, fragmentados y menos conocidos; algunos estimativos señalan que de bosques secos a subhúmedos en nuestro país solo existe cerca del 1.5% de su cobertura original de 80,000 km2 (Etter, 1993), en otras palabras, el 98.5% de los bosques secos tropicales ha desaparecido y los pocos remanentes existentes están dispersos en pequeños parches desconectados entre sí. Los bosques secos tropicales son ecosistemas que han despertado el interés del Gobierno Nacional, no solo por su importancia en la generación de bienes y servicios ambientales, que soportan el desarrollo de actividades vitales para la población, sino también por su estado actual de amenaza y degradación.

 

En términos ecológicos y socieconómicos, los bosques secos son considerados ecosistemas estratégicos por los bienes y servicios que generan. Estos ecosistemas presentan una alta diversidad de especies (muchas de ella aún desconocidas) y endemismos, al tiempo que son fuente de importantes especies de uso antrópico (alimento, maderas, materiales de construcción, combustibles, leña, fibras, plantas ornamentales y toda una serie de compuestos químicos secundarios como resinas, alcaloides, aceites esenciales, látex y fármacos) y desempeñan actividades de regulación ecológica. Otro aspecto interesante de los bosques secos y su ubicación dentro de mosaicos de paisaje dominados por zonas agrícolas y ganaderas, es la posibilidad de mantener especies de insectos que contribuyan al control de plagas, polinización de diferentes plantas y vectores de enfermedades (IaVH, 1998).

 

Una de las estrategias para contribuir en el logro de la conservación es el manejo sostenible de la tierra en zonas secas, con el fin de prevenir su degradación, por lo cual es urgente que en estas zonas con ecosistemas altamente vulnerables se desarrollen acciones dirigidas hacia la conservación con el fin de contribuir al mantenimiento de la biodiversidad y asegurar el flujo de múltiples servicios ecosistémicos.

 

 

 

 

Con respecto a la justificación biológica, producto de la caracterización biológica realizada por biólogos profesionales egresados de la Universidad de Nariño pertenecientes a la Asociación GAICA y grupo GIEE de la Udenar se registraron un total de 29 familias, 62 géneros y 77 especies de plantas vasculares; las familias más representativas son: Fabaceae (Leguminosae), Malvaceae, Euphorbiaceae, verbenaceae y asteraceae, siendo la familia Fabaceae la que presentó mayor riqueza con 21 especies y 12 géneros, seguida de Malvaceae y Euphorbiaceae. Los géneros con mayor representación en las zonas evaluadas presentan que del total de géneros registrados, el 88% están representados solo por una especie. Los géneros más diversos son mimosa (5), Caesalpinia (4), Acacia (3), Ficus, Melochia, Sida y Solanum (2 sp. c/u). Del total de plantas registradas y evaluadas dentro de los criterios de la IUCN para determinar su categoría de riesgo, según los Libros Rojos de plantas de Colombia y la lista roja de la UICN, Handroanthus chrysanthus está incluida en la Categoría de “Preocupación Menor” LC.

 

En Nariño, la zona xerofítica andina es un área prioritaria de investigación y posible conservación por ser un area única en el interior de los Andes.

 

Escarabajos Coprófagos. En total se colectaron 2,526 individuos distribuidos en tres géneros y cuatro especies, que representan el 1.4% de las especies y el 8.6% de los géneros registrados para Colombia (Medina et al. 2001). Los géneros Dichotomius y Uroxys están representados por una sola especie mientras que el género Onthophagus está representado por dos, todas las especies corresponden al gremio de los cavadores (Hansky & Cambefort 1991).

 

Anfibios y reptiles.  Se registraron un total de 11 especies entre anfibios y reptiles, estos resultados tienen como novedad el reporte de dos especies de anuros (R. marina y P. achatinus) y siete de reptiles (B. constrictor, E. bizona, D. melanurus, B. galeritus, C. lemniscatus, H. Frenatus y H. mabouia). Adicionalmente, dos especies de serpientes venenosas que fueron reconocidas por los habitantes de la zona (“La Coral”: Micrurus ancoralis (Elapidae) y “La Equis”: Bothrops asper (Viperidae)

 

Aves.  Se reportan 114 especies de aves, pertenecientes a 86 géneros y 32 familias. Las familias más representativas de la zona son Tyrannidae, Thraupidae, Accipitridae y Parulidae. Se registran 13 especies (11%) con algún criterio de amenaza. Para el área de estudio se reportaron un total de 20 especies de aves que realizan algún tipo de migración recurrente o cíclica en Colombia.

 

Mamíferos. Se registraron 20 especies de mamíferos; para dos de ellas (Vampyrum spectrum y Lycalopex culpaeus) este es el primer reporte de su presencia en la zona. El total de especies se agruparon en siete órdenes y nueve familias. El mayor número de especies estuvo representado por los murciélagos Chriroptera (9 especies), seguido de Carnívora con cinco especies.

 

Basados en las condiciones particulares del área, tanto sociales como biológicas, se ha propuesto para la zona la figura de un Distrito de Manejo Integrado. La categoría de DMI fue creada en el Código de Recursos Naturales Renovables          -Decreto Ley 2811 de 1974-, como una de las áreas de manejo especial, que teniendo en cuenta factores ambientales o socioeconómicos podrán crearse para que constituyan modelos de aprovechamiento racional, en los cuales se permitirán actividades económicas controladas, investigativas, educativas y recreativas (Art. 310). Los invitamos a hacer parte de esta iniciativa, tenemos un ecosistema único, no solo para Nariño, sino para Colombia, por lo cual debemos protegerlo. Ayúdenos.

 

Este artículo se elaboró a  partir de la información contenida en los documentos preparados por la Asociación GAICA en el marco del convenio Suscrito con TheNatureConservancy – Asociación GAICA – Corporación Autónoma Regional de Nariño, como parte del trabajo del Colectivo Comunitario e Institucional por la Conservación de los Valores Naturales y Culturales del Bosque Subxerofítico del Patía. 

 

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