Quiero compartir unas opiniones elementales sobre salario, ahora que está en el orden del día en Colombia lo relacionado con el salario mínimo. Este tema puede tomarse como ejemplo de lo que el poeta Ramón de Campoamor escribía:
En este mundo traidor
nada es verdad ni mentira;
todo es según el color
del cristal con que se mira.
En el tema que nos ocupa, hay tres cristales para mirarlo, cada uno de los cuales da una visión distinta. Presentaré una síntesis de cada una.
Primera visión. Dice que, si los salarios son muy altos, no habrá estímulo para que los empresarios contraten nuevos trabajadores y, por lo tanto, aumentará el desempleo. En cambio, si los salarios son bajos, habrá más contratación de obreros y el desempleo disminuirá. Esta es la visión que defienden los gobiernos neoliberales, la que enseñan la mayor parte de los profesores de Economía del mundo y la que difunden los grandes medios de información, tanto hablados como escritos. No hay pruebas verificables de que se cumpla. En Colombia, por ejemplo, el salario ha permanecido bajo y el desempleo no ha disminuido.
Segunda visión. Dice que el problema es de demanda, si la producción se puede vender los empresarios contratarán más obreros, independientemente del monto de los salarios. De otra parte, si los salarios suben, habrá más demanda y aumentará la producción y el empleo. Esta es la visión del economista inglés John Keynes. Esta no se aplica en la actualidad, porque vivimos en un mundo neoliberal.
Tercera visión. Dice que el salario no paga el trabajo, como parece, sino la capacidad de los trabajadores para trabajar –la fuerza de trabajo–. Esta es una mercancía que el capitalista compra y utiliza. Al utilizarla trabajando crea un valor mayor de lo que pagó por ella; la diferencia es la plusvalía que es propiedad del capitalista. No importa si el salario es alto o bajo, siempre existirá la plusvalía. Como los intereses del trabajador son opuestos a los de los capitalistas, siempre habrá una lucha por el monto del salario. El empresario tiene derecho a pagar lo menos posible por la fuerza de trabajo que compra, el obrero tiene derecho a recibir el mayor salario posible: son las leyes del mercado. Esta es la visión del pensador alemán Carlos Marx. Él dice: entre derechos iguales y contrarios, decide la fuerza. La fuerza de la clase obrera es la organización sindical, la fuerza de los empresarios está en sus monopolios más el apoyo del Estado burgués. Por eso el salario en Colombia es bajo: la organización sindical es débil y los monopolios capitalistas son fuertes. La negociación del salario es solo una simulación.
Por eso el salario en Colombia es bajo: la organización sindical es débil y los monopolios capitalistas son fuertes. La negociación del salario es solo una simulación
Julián Sabogal Tamayo