El Covid-19 como la situación que ha afectado mundialmente las dinámicas económicas, políticas y sociales, ha generado una serie de retos para la organización de las sociedades. En Colombia, la pandemia ha visibilizando de manera mediática problemáticas como la pobreza, discriminación, ingresos derivados de actividades laborales informales, revelando y exacerbando las inequidades estructurales en los territorios, demostrando que no sólo se expande la desigual distribución de bienes, sino también la distribución de males, como decía Bauman (2014).

 

De acuerdo con la Real academia de la lengua española (2021) el reto es definido como aquel objetivo difícil de llevar a cabo, y que constituye por ello un estímulo y un desafío para quien lo afronta, en este sentido la salud mental, se ha concebido como uno de los principales retos de la pandemia (Ministerio de salud y protección social, 2020) pues ha generado consecuencias para el talento humano en salud, en las personas con covid-19 y sus familias y en la población en general (Huarcaya, 2020), convirtiéndose a su vez en un estímulo para visibilizar la importancia de la salud mental como un eje primordial y transversal a la acción humana, más allá del sistema de salud o de la presencia de una enfermedad.

 

De acuerdo con lo anterior, el rol del trabajador de la salud mental para el cuidado, mantención y recuperación de la salud, deberá estar sujeto a un tipo de análisis amplio, desde las concepciones biopsicosocial y salutogénicas respectivamente, como brújulas que orienten las diferentes acciones de promoción y prevención en los diferentes niveles individual, familiar, comunitario, social y político; de tal manera que la acción sinérgica en los distintos sistemas lleve a la movilización del sistema social en torno a la salud mental, redirigiendo las acciones hacia un dinamismo del proceso de salud, enfatizados desde el desarrollo de políticas efectivas que generen la transversalización de capacidades, habilidades y recursos de las personas y de las comunidades, es decir es un compromiso que no solo deberá atribuirse al sector salud, sino por el contrario es el llamado y oportunidad a considerar que las dinámicas relacionales entre los seres humanos y nuestro entorno deben cambiar. (Engels citado por Tizón, 2007 y Rodríguez, Couto, Díaz, 2016).

 

En el ámbito familiar, el reto consistirá en trabajar estrategias de educación, formación y entrenamiento familiar, que permitan aportarle a una nueva generación de familias que sean forjadoras de bienestar y soporte social (Villalobos, 2020). A nivel comunitario y político, la labor como profesionales de la salud mental, también puede dirigirse a promover la consolidación de grupos sociales que en sus dinámicas estén presentes la autodeterminación, la justicia distributiva y la participación democrática y colaboradora (Montero, 2006), así como también el fortalecimiento de la conciencia ciudadana (deberes y derechos), la resolución pacífica de conflictos mediante la negociación asistida, así como favorecer el establecimiento de redes colaborativas y solidarias entre las organizaciones existentes, que trasciendan a la familia y al individuo, y por ende se exijan el cumplimiento de los derechos desde las bases sociales (Vela & Vela, 2010).

 

En conclusión, se podría decir que el reto del trabajador de salud mental implica el asumir una visión integral de la salud desde una perspectiva positiva, de tal manera que sea vista como un conjunto de recursos que apunten hacia un mejor vivir, el desarrollo y la realización del ser humano y facilite procesos de promoción y prevención en los diferentes subsistemas y contextos donde el ser humano se desenvuelve.

 

 

 

Leidy Londoño Camacho y Natalia Alejandra Hernández Osejo

Maestrantes en Promoción y Prevención en Salud Mental

Universidad de Nariño

 


 

 

Referencias

Bauman, Z. (2014). Vigilancia líquida. Editora Schwarcz-Companhia das Letras.

de https://www.rae.es/

Huarcaya-Victoria, J. (2020). Consideraciones sobre la salud mental en la pandemia de COVID-19. Revista peruana de medicina experimental y salud pública, 37, 327-334.

Ministerio de Salud y Protección Social. (2021). Salud mental, uno de los principales retos de la pandemiaObtenido de https://www. minsalud. gov. co/

Montero, M. (2006). Teoría y práctica de la psicología comunitaria: la tensión entre comunidad y sociedad. Buenos Aires: Paidós

Real academia de la lengua española (2021). Reto, definición. Obtenido de https://dle.rae.es/reto?m=30_2

Rodriguez, A., Couto, M., & Díaz, N. (2016). Modelo salutogénico:: enfoque positivo de la salud. Una revisión de la literatura. Acta odontológica venezolana, 53(3), 37-39.

Tizón, J. (2007). A propósito del modelo biopsicosocial, 28 años después: epistemología, política, emociones y contratransferencia. Aten Primaria. 39(2):93-97.

Vela, G. y Vela, M. (2010). Fortalecimiento organizacional, un aporte a la construcción de paz. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia.

Villalobos, F. (2020). Psicología y salud mental, los retos que nos ha develado el COVID-19. Ascofapsi, 91-10

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