El profesor Jesús Martínez Betancourt desde su vinculación a la Universidad de Nariño como profesor de Tiempo Completo en 1980, estuvo comprometido con la academia y la lucha social a través de actividades extracurriculares como foros, eventos, películas y todo lo que ampliara el aspecto de la formación política y social del individuo; cuenta que la caída del modelo socialista en 1989 debilitó la militancia política; el impacto del neoliberalismo a nivel mundial golpeó sustancialmente a los países; la tercerización de la economía, la tercerización laboral y el nivel del sindicalismo bajó sustancialmente del 15% al 5%; los espacios se fueron cerrando, la represión, los asesinatos como el de Jaime Pardo Leal de La Unión Patriótica, a quien presentaba en sus campañas políticas en Pasto -en aquel entonces se podía participar en política-; además, dice, debido al descenso de la lucha política de izquierda se destruyeron muchas organizaciones, por lo cual optó por una mayor formación académica y tomó la iniciativa en la escritura de distintos libros.
Así, la producción de su primer libro “Teoría de la Planeación Económica Nacional en Colombia” texto técnico propio para estudiantes es el resultado de su ejercicio como docente de esta materia; respecto a la reactivación del volcán Galeras escribió cuentos, chistes y gracejos de la gente como un mecanismo de defensa para reírse del estrés que causaba este fenómeno, los cuales se publicaron en “El Derecho” en el artículo “El Galeras tómelo con calma”; posteriormente surgió el libro “Rayones: Una caricatura Pastusa”.
Participó con sus escritos en los periódicos “Correo del Sur” de Don Efraín del Valle (q.e.p.d.) y “El Poder”, editado por Claudio Obando; fue columnista del “Diario del Sur” bajo el seudónimo de Irma Vallejo, opinando sobre problemáticas regionales, nacionales, combinando la política con el humor.
Entre su producción bibliográfica están los libros: “Risas de Campanario”, “El complejo del Cuy y la Copa Libertadores”, “Pacifico en llamas, realidad socioeconómica de la Costa Nariñense”, “Paradojas de la Economía y la Felicidad en Nariño”, “Caída de las pirámides y de la bolsa de valores pastusos”; entre otros libros están “Nariño realidad y futuros posibles” en coactoría con Julián Sabogal Tamayo, “Juventud de Pasto y mundo de hoy” en coactoría con Hernán Abdón García y Jairo Enrique Puentes.
Atraído por los medios, el profesor Chucho Martínez inició en la radio por invitación de Manuel Erazo, periodista de Todelar, realizando notas sobre el acontecer regional, develando de modo humorístico lo oculto de las cosas que se dicen o se ven; “me especializo en el humor, leo el humor, tengo literatura de humor y escribo humor nuestro; lo importante es orientar a la opinión pública, educar a la audiencia; siempre camino con la disposición de ver en cualquier estampa de la sociedad algo que me sirva para reproducirlo, para contarlo, para escribirlo o para hacer reír, el humor es lo más serio que hay, el humor es un asunto delicado”, precisó; algunos de sus libros están en proceso; estos son: “Técnicas de Planeación”, “Diccionario de humor pastuso” y la selección de los artículos transmitidos en la radio.
Entre sus satisfacciones en el balance espiritual e intelectual de su vida están la enseñanza a sus estudiantes de pregrado y postgrado, la ayuda brindada a ellos en distintas circunstancias de la vida, la producción de sus libros, la lectura, su opinión en la radio, en la prensa y desde luego su militancia política desde su juventud.
Para el profesor Chucho Martínez es muy importante la enseñanza que deja huella, la que se hace de corazón a corazón; como Director de Departamento entendió la problemática en el aula, al comprender qué piensa el estudiante y qué piensa el profesor, esto, en el marco de un diálogo respetuoso de las dos entidades; al respecto manifestó: “allí entendí como nunca, el problema de la contradicción del aula, la más bella de la vida universitaria”.
Como Decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas FACEA logró otra dinámica a través de los Consejos de Facultad Ampliados fomentando la participación y articulación de los programas y unidades académicas de la Facultad, aspecto que contribuyó positivamente en la evaluación por parte de los Pares Académicos. Es de resaltar que la FACEA goza de un gran posicionamiento entre los nariñenses, quienes valoran que la Universidad de Nariño con una mirada desde la academia y con una opinión calificada interprete las problemáticas sociales; sobre ello manifestó: “en buena hora nunca he perdido el horizonte de aportarle a mi región, de hacer libros por la región, de opinar por la región, claro que, unas veces me va bien, otras veces me dan palo”.
Como Representante de los Decanos al Consejo Superior promovió la cualificación de los docentes hora cátedra; en el contexto universitario publicó 15 ediciones del periódico “La verdad” y 49 publicaciones de “La U una vocal abierta a la libertad”; opinando libremente, dice, “acertado o no, esa es la vida de la Universidad”.
Entre otras dignidades que desempeñó en la Universidad de Nariño están: Director de la Oficina de Planeación y Desarrollo, Vicerrector Administrativo, Presidente de la Asamblea Universitaria, Presidente del Sindicato de Profesores, Representante Profesoral ante el Consejo Superior, Representante de los Decanos ante el Consejo Académico.
Con la tristeza por la despedida y a su vez con la alegría y satisfacción por el deber cumplido este connotado nariñense se enfrenta a la normal incertidumbre que trae un cambio de vida después de 38 años de servicio a la academia; un cambio de vida que no es fácil; con nostalgia expresa: “no es fácil, no es fácil, quiero caminar, me encanta caminar, me encanta pintar, pintar me desestresa mucho, me fascina la música, leer literatura de humor, subrayar los libros, ojalá me recuerden por la flor y no por las espinas; creo que lo que había que hacer lo hice a conciencia, lamento no haber entregado más a los estudiantes, confío plenamente en los jóvenes, ellos son la reserva moral, política e intelectual de la región, nosotros ya no pudimos; los viejos ya no logramos cambiar este país y esta región; en la carta magna de los jóvenes de la América Latina, ellos dicen: “no tenemos a quien imitar, ni a los generales, ni a los curas, ni a los empresarios, ni a los políticos, ni a los gobernantes, pero no es tarde, para que nosotros los jóvenes y los viejos conversemos y empecemos a construir este futuro juntos, pero no nos dejen en la incertidumbre sobre el futuro”. Eso me duele, los pelados son locos, díscolos, rebeldes, lo que usted quiera; nosotros los viejos pensamos, decidimos y actuamos en función de los jóvenes y no los dejamos que hablen, que se expresen y cuenten su historia. Y el tiempo que me reste de vida seguiré, no me voy a desaparecer de la opinión pública”.
Gratitud a todos aquellos docentes, trabajadores y trabajadoras que han prestado sus servicios con ética, dedicación y compromiso en el desarrollo y avance de esta Institución.
Gratitud y aprecio a todos aquellos que en cierto modo se sienten identificados y conocen el paso por la jubilación, a todos ellos el reconocimiento de la Universidad de Nariño, con la certeza de que su labor y servicio se ve y se verá reflejado en la formación de cada estudiante de esta casa de estudios. Y donde quiera que se encuentren, ustedes seguirán portando con altura el sello de esta Alma Máter.
Sonia Patricia Erazo Coral
Coordinadora Udenar Periódico