Estimada comunidad Universitaria

 

Reciban todos, un cordial saludo de parte del cuerpo de docentes e investigadores del Departamento de Biología de la Universidad de Nariño.

 

Por este medio, el equipo académico altamente calificado, en su gran mayoría a nivel doctoral y posdoctoral, incluidos los expertos del laboratorio de salud pública que lideran la implementación de la unidad de diagnosis y secuenciamiento molecular para COVID 19 en las instalaciones de nuestra universidad, así como los líderes de los grupos de investigación adscritos a nuestra unidad académica que desarrollan acciones de investigación científica en campos variados de la Ecología, Evolución, Taxonomía, Sistemática y Conservación, entre otros, queremos compartir con la comunidad de nuestro Departamento y Universidad de Nariño algunas reflexiones y el análisis de situaciones críticas relacionadas con la actual emergencia sanitaria que consideramos supremamente preocupantes en cuanto al manejo  de la actual contingencia, esto en razón de aportar a la consolidación de procesos necesarios para la toma de decisiones basadas en evidencias.

 

Queremos aclarar que actualmente la herramienta más valiosa que tenemos disponible para hacer seguimiento al comportamiento de este complejo fenómeno epidemiológico y biológico, son las pruebas moleculares de detección del Coronavirus que permitirían monitorear el progreso del contagio y los focos de infección, así como la eficiencia de las medidas de bioseguridad o aislamiento  implementadas. Los antecedentes disponibles de las experiencias internacionales, sugieren que el volumen de muestras a ser procesadas y sistematizadas para análisis estadísticamente concluyentes es de aproximadamente 22.000 pruebas por cada millón de habitantes.  Actualmente, el volumen de muestras procesadas  a nivel nacional no supera las 3480/millón de habitantes, en comparación a más de 50.000/millón de habitantes en promedio en USA, España, Italia y Reino Unido y en nuestro Departamento solo llega a poco más de 50 pruebas/millón de habitantes.  

 

A la fecha, solo el Instituto Departamental de Salud de Nariño opera una unidad de diagnóstico que puede procesar poco menos de 100 pruebas diarias para todas las poblaciones que habitamos el Departamento y al 15 de mayo, tenía 583 muestras pendientes represadas. Esta es una condición crítica, ya que esa pequeña fracción de pruebas procesadas, se enfocan en reportes de pacientes sintomáticos, lo cual hace que no se incluya en las estadísticas los casos sub-diagnosticados asintomáticos, que corresponden a los potenciales individuos que, por su desconocimiento, pueden propagar significativamente el virus.

 

Estas limitaciones técnicas no permiten tener una valoración objetiva de la situación actual real de la evolución temporal de la pandemia en nuestro territorio, mientras en los medios y en el inconsciente colectivo va progresando una actitud infundada de contención de la pandemia, fruto de la información totalmente distorsionada y amparada solo en los requerimientos inaplazables de la economía de mercado y la reactivación del consumo.

 

Queremos enfatizar en la situación biogeográfica y geopolítica del Departamento de Nariño, la cual es compleja y nos hace muy vulnerables. Tenemos una extensa y extremadamente  permeable frontera con la república del Ecuador; territorio que es considerado el segundo foco de infección más crítico en todo el continente suramericano después de Brasil. Verbigracia esta situación, las regiones más afectadas de nuestro Departamento se presentan justamente en Ipiales y Tumaco. En medio del submuestreo estadístico se tienen ya identificados casos positivos de contagio en crecimiento en cada vez más localidades sobre la línea de frontera, en las cuales, aparentemente no presentan una situación más crítica por un solo motivo: la escasa cobertura de muestreo y análisis de pruebas diagnósticas. A diferencia de otras localidades de frontera en Colombia como la región de Leticia (Amazonas), nuestro territorio es escenario de una migración de hermanos Venezolanos, que desde el punto de vista epidemiológico no ha tenido un control efectivo, antes o durante la presente contingencia sanitaria. A diferencia de otras localidades como el Valle del Cauca donde estos migrantes han tenido algún tipo de manejo y se han movilizado masivamente hasta la frontera al norte, en nuestro territorio el tiempo de permanencia y su impacto es mayor ya que precariamente atraviesan nuestros pueblos, campos y ciudades por sus propios y muy limitados recursos.

 

Pensamos que bajo estas condiciones toda la comunidad debe estar muy alerta puesto que analistas a nivel nacional consideran que la situación puntual de la región de Leticia puede replicarse en otras localidades de frontera. Allí, en ausencia de pruebas diagnósticas hasta hace muy poco tiempo no conocía de ningún contagio, y no se surtieron procesos de alistamiento. En solo en un par de semanas Leticia paso a ser el foco más crítico de todo el país cuando los muestreos revelaron la realidad. Si bien, hay algunas diferencias como las anotadas con Amazonas como el bajo impacto de migrantes, son todas las condiciones compartidas las que han direccionado el foco a muchos territorios locales que en nuestro Departamento padecen el aislamiento, desfinanciamiento histórico de servicios de salud, profundas desigualdades sociales, con una gran influencias de comunidades indígenas en todo el territorio cuyas tradiciones y acervos, al igual que en amazonas, representan también un patrimonio cultural invaluable.

 

Queremos de manera pública expresar que debe soportarse mucho mejor la estrategia de obtención de datos reales que permitan obtener una visión objetiva de la situación desde el punto de vista científico. Actualmente no se cuenta con una línea base adecuada que permitan soportar decisiones basadas en evidencia técnica sobre el progreso de la pandemia.  Es importante resaltar que en el marco de la convocatoria 9 del SGR en la cual el Grupo de investigación Salud Publica obtuvo el mayor puntaje, será posible habilitar, al menos dos laboratorios  más para diagnostico certificado, operados  uno por la Universidad de Nariño, y otro por el Hospital Universitario Departamental de Nariño y el IDSN. Además será posible optimizar la capacidad del laboratorio del IDSN, duplicando su capacidad actual. Este esfuerzo es notable, sin embargo en el mejor de los escenarios, será posible concretarlo en no menos de cuatro meses, en tanto se adecue la infraestructura y adquisición de los equipos, reactivos y la obtención de la habilitación requerida por INS. En todo caso cuando llegue ese momento estaríamos en una capacidad de procesar un máximo de 400 muestras diarias, es decir de apenas en 340 muestras por millón de habitantes.

 

En este contexto queremos muy fraternalmente hacer un llamado respetuoso y comedido a toda la dirigencia tanto en el departamento de Nariño como la dirigencia de nuestra Universidad a la prudencia y la mesura en el diseño de planes y expectativas de reactivación de actividades y el rompimiento de las medidas de confinamiento y aislamiento social, especialmente en el ámbito de las entidades de educación en todos sus niveles. Consideramos que la expectativa de que con el presente periodo de cuarentena el objetivo principal de contención de la infección y el fortalecimiento de los servicios científicos y hospitalarios instalados en terreno, en nuestra región están lejos de ser mínimos.

 

Exhortamos a los docentes de otras unidades académicas de la Universidad de Nariño a diseñar estrategias que permitan culminar el presente semestre y aun el próximo sin recurrir actividades presenciales. Por ejemplo, si se reactivaran las actividades presenciales solo en el componente de laboratorios de la Universidad de Nariño, la demanda de pruebas diagnósticas para garantizar el monitoreo de la seguridad de docentes, estudiantes y auxiliares superarían por mucho la capacidad de procesamiento que tendría toda la unidad de diagnóstico que aún no se implementa en la Universidad.

Invitamos  hacer esfuerzos para repensar el proceso de formación de nuestros estudiantes (al menos para estas cohortes en particular) dando un respiro justo a la implacable rutina de corto plazo con la que actualmente se programan y diseñan cursos intensivos en periodos de poco más de cuatro meses, en una carrera desenfrenada que no solo implica la vinculación y desvinculación de más del 80% del talento humano docente de la institución, sino que plantea una fragmentación importante en la estimulación de las competencias que pretendemos fortalecer.

 

Abogamos igualmente por volver a las aulas, laboratorios y prácticas académicas cuando la situación de la infección por el virus SARS-COV II esté controlada y se cumplan los protocolos de bioseguridad y se cuente con los cambios locativos y logísticos que permitan asegurar el bienestar físico de todos los miembros de la comunidad universitaria.

 

Universitariamente:

 

 

Cuerpo Docente del Departamento de Biología

Universidad de Nariño

 

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