El 4 de junio de 2021, la Dra Martha Sofía González Insuasti se posesionó como Rectora de la Universidad de Nariño ante el Señor Gobernador del Departamento, Dr. Jhon Alexander Rojas Cabrera para el periodo estatutario 2021-2024. En los 116 años de historia de la Alma Máter la actual Rectora se constituye en la primera mujer elegida democráticamente para ocupar tan alta dignidad; elección que se llevó a cabo el pasado 13 de mayo por el estamento estudiantil y estamento docente.

 

Tras haber tomado posesión de su cargo, la Señora Rectora, Dra. Martha Sofía González Insuasti posesionó a las Directivas Académicas elegidas democráticamente para ocupar las Decanaturas de Facultad y Direcciones de Departamento. Igualmente, posesionó al Consejo de Administración y a nuevas Directivas Administrativas de la Universidad de Nariño, Así:

 

Consejo de Administración:

  • Jorge Fernando Navia Estrada. Vicerrector Académico
  • William Albarracín Hernández. Vicerrector de Investigaciones e Interacción Social
  • Luis Hernando Portillo Riáscos. Vicerrector Administrativo
  • Martha Lucía Enríquez Guerrero. Jefe de la Oficina de Planeación y Desarrollo
  • Jimi Benavides Corrales. Secretario General

 

Nuevas Directivas Administrativas:

  • Elizabeth del Carmen Cabrera Ramos. Jefe de la División de Recursos Humanos
  • Rolando Efraín Chamorro Jiménez. Director de Bienestar Universitario
  • Carlos Arturo Rosero Obando. Director del Fondo de Construcciones
  • Myriam del Rosario Guapucal Cusanchir. Jefe de la Oficina de Registro y Control Académico OCARA.
  • Vilma Yolanda Gómez Nieves. Jefe de la Sección de Laboratorios y Equipos
  • Luis Sebastián Portillo Ortiz. Director de la Unidad de Televisión
  • Juan Carlos Castillo Erazo. Director del Centro de Indormática
  • Efrén Guillermo Insuasty Santacruz. Director de Granjas

 

 

 

La Señora Rectora en este solemne acto de posesión, transmitido en directo a través de los medios de comunicación institucional, se pronunció así:

 

Dra. Martha Sofía González Insuasti, Rectora Universidad de Nariño.

 

 

“Este es un momento muy importante, crucial y de gran honor en mi vida, en la vida de mi familia y en la vida universitaria. Jamás me imaginé llegar a ocupar la más alta dignidad de mi querida Alma Mater; simplemente desde mi paso por las aulas universitarias como estudiante del Programa de Licenciatura en Biología tuve como meta desempeñarme en esta bella labor de la docencia, seguramente en algún lugar del departamento o del país. Sin embargo, la vida me dio la oportunidad de profundizar y alcanzar un mayor nivel de formación académica, con el esfuerzo personal, con la valiosa orientación de mis profesores y con la generosidad de los maestros de vida más valiosos que he podido tener: los indígenas Awa de Alto Albí, con quienes compartí las experiencias de la vida rural, la docencia en las primeras letras y especialmente el amor por las plantas útiles. Veo entonces, con gran alegría y con humildad, que ese esfuerzo valió la pena, que los sacrificios que tuve que hacer siendo una joven de provincia, que tenía las mismas necesidades que hoy tienen mis queridos y queridas estudiantes, se ven recompensados y me llevan a alcanzar una meta que no estaba en mis planes y que me impone ahora el enorme reto de representar a las mujeres nariñenses, de dirigir los destinos de esta Universidad a la cual le debo todo y de liderar las acciones académicas y administrativas enfocadas a contribuir en el cambio de la historia de los jóvenes nariñenses y sus familias.

 

Hace unas semanas, en un foro al cual fui invitada, me preguntaron, ¿qué le diría a la niña que Usted fue, si tuviera la oportunidad de hablarle hoy?, y mi respuesta fue que Si se puede, todo es posible con el esfuerzo, con la buena energía, con la dedicación y la ética, independientemente de las condiciones sociales y económicas. Hoy estoy muy convencida de que esa es la respuesta correcta que le daría, no solamente a esa niña que fui, sino también a estos casi 15.000 seres maravillosos, esos seres de luz, por los cuales me levanto todos los días: los y las estudiantes de mi querida Universidad. Sin ponerme como ejemplo y sin pretender vanidosamente que sigan mis pasos, a Ustedes, mis muchachos y muchachas quiero invitarlos a no desfallecer, a continuar soñando con ser grandes, a no escatimar esfuerzos para cumplir sus metas y a ponerse enormes retos. La voluntad, el trabajo comprometido y el esfuerzo, serán recompensados. Jamás desistir; la grandeza de su corazón, la voluntad de trabajo y la esperanza en un futuro mejor los llevará a lograr todas sus aspiraciones. No dejen de ser jóvenes, de ser críticos, de ser creativos y de luchar por lo que les pertenece: un país en paz, con equidad y justicia social.

 

Hoy quiero reiterar el compromiso de seguir defendiendo a una Universidad pública, abierta, autónoma y democrática, que tiene la responsabilidad de formar seres humanos, ciudadanos y profesionales, siempre de la mano de mis colegas docentes, del personal administrativo, de los empleados y trabajadores y del estamento estudiantil. Con todos Ustedes quiero que hagamos un análisis crítico de los procesos académicos y administrativos, de la nueva reglamentación universitaria, que llevemos el proyecto educativo institucional a las aulas, que pongamos en marcha el plan de desarrollo y que a través de las decisiones concertadas y pensadas desde la colectividad, sigamos construyendo sobre lo construido para lograr consolidar una Universidad a la altura de nuestros sueños y de las aspiraciones de los habitantes de nuestro territorio, respetando siempre el paradigma Universidad y Región.

 

Hoy es importante llamar a todos a la hermandad, a caminar juntos, a respetar la opinión diversa, el disenso, a pensar en una universidad que nos integra, que incluye a todas las diversidades y que permite convivir en un ambiente de solidaridad, armonía y respeto por la diferencia al campesino, al indígena, al negro, a las personas con diversidad funcional, con diversidad de género, al desplazado por la violencia, a la víctima del conflicto y en general a todas las personas que tienen el anhelo de cambiar su historia y la de sus familias.

 

La Universidad debe ser siempre un territorio de paz, el espacio para la discusión, para el discurrir de las ideas y el punto de encuentro de todas las culturas. Desde este escenario académico y en consenso con todos los estamentos, tenemos la responsabilidad de hacer propuestas enfocadas a la solución de la problemática regional y nacional; por tal razón, reitero mi compromiso de contribuir en la construcción de una sociedad justa y equitativa, pensada desde la región hacia el país y llevando la vocería de los jóvenes y ciudadanos nariñenses, especialmente en estos momentos de conflicto que vive nuestro país.

 

Soy consciente de que la Universidad de Nariño, al igual que todas las instituciones, no es perfecta; sin embargo, debemos hacer el esfuerzo académico y administrativo que nos permita hacerla perfectible. En esta iniciativa es fundamental construir con el apoyo de docentes, estudiantes, empleados y trabajadores una hoja de ruta capaz de superar las dificultades de la Universidad en su conjunto y capaz de unir en un solo propósito a todos y todas para el mejoramiento permanente de nuestra Alma Mater y su contribución efectiva al crecimiento de la sociedad Nariñense y Colombiana. Todo lo anterior nos permitirá llevar a la Universidad de Nariño por los senderos del progreso, contribuirá a sembrar en el corazón de cada universitario la semilla del amor por una Institución que se identifica con el avance de las diferentes ciencias, el arte y la cultura, en armonía con todas las visiones y formas de conocer el mundo.

 

Este es el momento para pensar colectivamente en un mejor futuro para los nariñenses que confían en que la única universidad pública y acreditada en alta calidad, con origen en el Departamento, siga siendo el mayor valuarte de nuestro territorio; este reconocimiento social nos obliga entonces a emprender nuevas acciones enfocadas a la gestión de recursos para la investigación, la interacción social y la docencia, de modo que se logren mantener las condiciones de calidad que hemos definido desde nuestra propia autonomía. Igualmente nos motiva a mantener el diálogo permanente con los distintos sectores sociales del Departamento para conocer sus requerimientos, identificar las posibilidades de contribuir en soluciones para realizar pactos de integración y cooperación mutua. En tal sentido, es importante no desconocer la existencia de las experiencias de los habitantes del territorio y por lo tanto y sin dejar a un lado el desarrollo formal de las distintas áreas del saber, es importante también conocer, intercambiar e integrar el conocimiento académico con el conocimiento de las sociedades del entorno, en escenarios como el centro de pensamiento propio.

 

Esta Universidad que tiene la fortuna de ofrecer formación académica en todos los niveles, desde el preescolar hasta el doctorado, merece seguir manteniendo el reconocimiento social y académico que siempre la ha caracterizado. Este propósito lo consolidamos conjuntamente, desarrollando de la mejor forma nuestra función como docentes, prestando el mejor servicio administrativo, colocando la administración al servicio de la academia y asumiendo por parte de los estudiantes la responsabilidad de su formación con niveles de excelencia. Los invito entonces a todos, independientemente de las diferencias normales que puedan existir a asumir su propio rol, con todo el compromiso y dedicación.

 

Es para mí un honor representar a las mujeres universitarias y a las mujeres nariñenses. Ser la primera mujer en llegar a la Rectoría de la Universidad de Nariño, después de 116 años de fundada, constituye para mi un enorme reto; la sola posibilidad de llegar a este digno cargo, fue motivo de gran orgullo para las mujeres de nuestro Departamento; recibí de muchas de ellas el abrazo sincero, el afecto, el cariño, el mensaje de aliento, aún en los momentos más críticos. Sus palabras, los mensajes de fraternidad y hermandad, las visitas recibidas y el diálogo buscando que a futuro pudiéramos construir juntas la sociedad que todas queremos, fueron ciertamente motivo de inspiración. Hoy siento que represento a mi madre, a mi hermana, a mi hija, a mis abuelas, tías, primas, sobrinas, amigas, compañeras, colegas y en general a todas mis hermanas mujeres luchadoras, emprendedoras, creativas, lideresas y cómplices de los sueños. Espero no ser inferior a sus aspiraciones, de su mano y siempre en una unión de solidaridad lograremos demostrar de qué somos capaces. Mil gracias a todas, sin excepción a todas, las llevo en el corazón y las espero para construir juntas un mejor futuro.

Igualmente es un honor poder servir a toda la comunidad nariñense, deseo contribuir a la construcción del futuro de los jóvenes de los cuatro municipios en los cuales hacemos presencia, y en el resto del Departamento; es mi interés implementar la ruta de atención a quienes han padecido violencia basada en el género, la cero tolerancia a la violencia y el respeto por la diversidad y la interculturalidad. Es mi compromiso pensar en el futuro de los niños del Telembí que crearon una canción para motivarme durante el proceso electoral, imaginar y contribuir a un cambio de vida de los niños y niñas de todos los municipios y del suroccidente colombiano y ayudar a los padres y madres de familia a cumplir el anhelo de que sus hijos tengan una mejor alternativa laboral. Me motiva pensar en un mañana llena de esperanza, de optimismo y de progreso para una región que no se piensa solamente desde un espacio geográfico, sino que involucra la multiculturalidad, la internacionalización, la diversidad étnica y biológica y que se proyecta hacia el mundo.

 

Mi llegada a la Rectoría es el resultado de una elección, del voto de opinión de docentes y estudiantes a quienes agradezco sinceramente por su confianza y por creer en un plan de trabajo que no es mío, pues fue construido con la inteligencia colectiva de un grupo de brillantes universitarios, con quienes hace más de 10 años pensamos en una nueva Universidad. Pero más que el resultado de una elección, mi llegada a la Rectoría es el producto de la educación que debo agradecer a todos mis maestros y maestras que se encargaron no solamente de mi formación académica, sino también de inculcarme los valores de la ética, la responsabilidad, la honestidad y el compromiso con el trabajo. Mil gracias, gracias infinitas a todos ellos y ellas, que me formaron en el Colegio de las Hermanas Franciscanas, la Universidad de Nariño, la Universidad Nacional de Colombia y la Universidad Nacional Autónoma de México. Yo soy su reflejo, esta humilde estudiante los recuerda con cariño y admiración, Ustedes siempre serán mis maestros. Gracias a todos aquellos que tuvieron mayor influencia en mi vida, a quienes nos acompañan y a quienes se nos adelantaron en el camino; mi reconocimiento por todo lo que me enseñaron y por todo lo que aprendí.

 

Igualmente, este logro es producto de la formación que recibí en el hogar, de los valores de la familia y del ejemplo recibido. Gracias a mis padres Carlos y Socorro, aquí presentes, por su amor y comprensión, por los sacrificios y esfuerzos realizados para sacar adelante a cinco hijos profesionales, todos orgullosamente hijos de la Universidad pública, cuatro de nosotros de nuestra gloriosa Universidad de Nariño. Mil gracias a mi hermana, que hoy ya no nos acompaña pero que seguramente estará feliz desde otra dimensión, te quiero mucho Anita. A mis hermanos Jorge, Carlos y Javier, gracias por su ejemplo y compañía, por todo lo vivido y por ser mis orientadores y consejeros. A mi Vane, motivo de mi inspiración, mi máximo orgullo y la mejor compañía durante este proceso, gracias por estar siempre a mi lado, en las buenas y en las malas. Muy especialmente a mi tío Jorge González por todo su apoyo incondicional, amor y cariño; hoy él y su esposa se desplazaron desde Medellín para acompañarme, mi aprecio y gratitud. Se que Ustedes lo hacen de corazón. A mi familia en general, gracias, gracias por cuanto me ayudaron a construir mi historia familiar y personal.

 

En este proceso de mi vida personal y profesional, también tuve formación desde lo administrativo y en esto debo agradecer al Dr. Pedro Vicente Obando, a quien pude acompañar como Jefe de Laboratorios y Equipos; con él dí mis primeros pasos en el manejo administrativo, en la gestión de recursos y en la interacción con el personal de empleados y trabajadores.

 

Por supuesto, en este caminar, mi mejor maestro, orientador y especialmente amigo fue el Doctor Carlos Solarte Portilla; él es para mí un ejemplo de honestidad, ética, compromiso y amor por la Institución. Luego de su paso por la Rectoría, puedo decir con seguridad que la historia de la Universidad de Nariño se dividió en dos y que ahora tenemos una nueva Universidad, con grandes transformaciones, pero también con nuevos retos que ahora tengo la responsabilidad de asumir. Gracias Dr. Carlos Solarte por ser la mano amiga, el consejero que uno necesita para acertar en el actuar, por su hermandad conmigo y por haberse constituido junto con su esposa la Dra. Margoth Ágreda en personas especiales en mi vida familiar y personal.

 

Agradezco de manera sincera y con el mayor respeto a todos los hombres y mujeres que engrandecieron esta Universidad, a nuestro fundador, a los exrectores, a los maestros y maestras que generosamente y con toda dedicación y esmero, comparten su conocimiento con las y los estudiantes, ellos tienen la paciencia, la sabiduría y la voluntad de ayudar a crecer intelectualmente a la juventud, promueven su vínculo con la sociedad y se constituyen en un ejemplo a seguir. Mil gracias queridas y queridos colegas por su confianza, por unirse en la lucha para alcanzar un mejor futuro y por acompañar este largo camino que ha permitido que nuestra Alma Mater se encuentre a la altura de las mejores.

 

Gracias a los empleados y trabajadores universitarios, por ser el apoyo incondicional de nuestra labor como formadores. Su trabajo responsable, la recomendación y orientación oportuna y su dedicación permiten que diariamente todos y todas podamos cumplir con nuestra tarea de educadores en todos los niveles.

 

Reitero mi gratitud con todo el estudiantado; Ustedes son la fuente de inspiración, el motivo de orgullo y la razón de ser de nuestra Universidad. Por Ustedes hacemos nuestro máximo esfuerzo, no escatimamos recursos y emprendemos hasta las más arriesgadas acciones. Gracias por existir, por contagiarnos del amor por la educación pública, por marchar con nosotros y por darnos motivos suficientes para continuar nuestra vida laboral.

 

Muchas gracias a los directivos académicos y administrativos que hoy terminan su labor, su trabajo, compromiso y voluntad permitieron que nuestra querida Alma Mater siguiera cumpliendo con su papel de formadora, independientemente de las difíciles circunstancias que tuvimos que atravesar por la pandemia y por el justo reclamo de los movimientos sociales. Ahora le doy la bienvenida a la nueva administración universitaria; estoy segura de que juntos cumpliremos con nuestros compromisos y planes de trabajo, conformaremos un equipo vencedor, un grupo de amigos y colaboradores que tenemos como objetivo servir a la sociedad y disponer de toda nuestra capacidad laboral con ética, honestidad y profesionalismo.

 

Finalmente, invito a los entes territoriales a trabajar de la mano con la Universidad de Nariño; esta Universidad es de todos los habitantes de este bello territorio en el cual se destaca el verde de todos los colores, una Universidad que debe contribuir a alcanzar el progreso desde el mar hasta el galeras, como dice nuestro himno, una Universidad que merece y requiere su acompañamiento y compromiso para seguir siendo grande, para seguir siendo el orgullo de todos los nariñenses y para permitir que las actuales y futuras generaciones dispongan de un espacio para la discusión, el diálogo, la formación académica y la generación de alternativas enfocadas a lograr el progreso y una mejor calidad de vida.

 

Esta Universidad es de todas y todos; es fundamental fortalecer los lazos de unidad y de hermandad por un propósito común. Ahora soy la Rectora de todas las universitarias y universitarios, debo trabajar por cumplir nuestra misión y visión, por hacer la tarea que nos asignó nuestro fundador don Julián Buchelly Ayerbe: llegar a los diferentes sectores del Departamento. En tal sentido y luego del diálogo y consenso con las subregiones del departamento de Nariño, buscaremos ampliar la cobertura, llevar programas pertinentes pensados directamente desde los territorios y contribuir a la consolidación de un Nariño justo, inclusivo, equitativo y en paz, en el cual la mejor arma para eliminar el conflicto sea la educación.

 

Bienvenidos a esta Universidad diversa e inclusiva pensada desde la Región.

Muchas Gracias”.

  

“En la unión está la fuerza, debemos sumergirnos y superar nuestras diferencias en la búsqueda de objetivos comunes” Haile Selassie.

 

 

Sonia Patricia Erazo Coral

Coordinadora Udenar Periódico

 

 

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