Gracias al trabajo perseverante de más de 20 años de investigación en el campo de la Educación y la Pedagogía desarrollado por el Grupo de Investigaciones e-TIC (Educación y TIC) de la Universidad de Nariño, nos complace anunciar la apertura de la primera promoción de la Maestría en Educación Virtual, cuyo propósito y horizonte es la formación de investigadores de excelencia en el campo de la educación en la virtualidad.

 

El antecedente de este logro fue la valiosa experiencia de creación de la Universidad de Nariño Modalidad Virtual como Unidad Académica en el año 2005 (Acuerdo Número 063, 7 de septiembre de 2005 del Honorable Consejo Superior); este acontecimiento para la Universidad y la Región implicó, en un primer momento, socializar el proyecto con los grupos de investigación de las distintas Facultades de la Universidad, con el gobierno departamental, nacional, y con las instituciones de educación media del Departamento, a fin de gestionar de manera colectiva los proyectos de investigación y formación que la nueva unidad académica proponía en el marco del nuevo paradigma educativo; un segundo momento conllevó ofrecer más de 15 promociones del diplomado en Diseño de Cursos para entornos Virtuales a nivel nacional; además, de manera conjunta con las Facultades de Ciencias Agrícolas, Ciencias Humanas e Ingeniería Agroindustrial, se obtuvo el registro calificado de 5 programas propios de formación en pregrado, 100% virtuales, y, un tercer momento requirió brindar los programas con profesores del más alto nivel académico, pertenecientes todos a las facultades de la Universidad, lo cual permitió que la Universidad hiciera presencia en todos los municipios del departamento de Nariño, con programas pertinentes y contextualizados con los Planes de Desarrollo del Departamento. Cabe resaltar que todo ello se logró con recursos propios generados por la misma unidad académica, gracias a un modelo novedoso, tanto académico e investigativo como financiero. Hoy se cuenta con más de 130 egresados que prestan sus servicios profesionales o que ejecutan un proyecto productivo en sus propios contextos.

 

Lejos de la desesperanza por el cierre de la unidad académica en el 2015, por el contrario, y seguros de la condición futurista de la virtualidad como paradigma educativo, cada día más visibles en la sociedad entera, el Grupo de investigaciones e-TIC continuó, animado por las REDES académicas e investigativas internacionales a las cuales pertenece, además de motivarse con las experiencias de otras universidades que, cabe señalar, no siempre coinciden con la visión y los propósitos de nuestra iniciativa, especialmente, en lo que atañe al ánimo de lucro. En consecuencia, se presentó el documento maestro ante el Ministerio de Educación Nacional a efectos de obtener el registro calificado correspondiente. Se debe precisar que esta Maestría es un proyecto novedoso que no revive la experiencia pasada, más bien aprende de ella, siendo resultado de una investigación elaborada por los doctores Roberto Ramírez Bravo y Carlos Guazmayán Ruiz, financiada por la VIPRI, y adscrita a la Facultad de Educación por ser un proyecto educativo y pedagógico.

 

 “La Maestría en Educación Virtual es un proyecto educativo y pedagógico”

 

En efecto, en tiempos de emergencia declarada en el mundo, Colombia ordenó asumir la modalidad virtual en todos los niveles educativos, lo que para algunos gobernantes y académicos solo podría suceder dentro de unos 20 años. El país y el mundo solo aceleró, lo que ya, a principios de los sesenta, Marshall McLuhan, un hombre a quien muchos consideran “el profeta de internet” predijo con más de 40 años de anticipación la llegada de la era digital; y vaticinó que la globalización gestionada con los medios electrónicos, con su demanda de interacción, nos devolvería la conciencia tribal. McLuhan declaró: Pero esas tribus ya no serían grupos pequeños y aislados porque los nuevos medios de comunicación se extenderían a través del planeta, haciendo que formemos parte de una “aldea global” (McLuhan, 1970).

 

Pero, la educación como acontecimiento social, no podía excluirse. Puesto que, el uso intensivo de las nuevas Tecnología de la Información y la Comunicación -TIC- están generando nuevos escenarios y nuevas necesidades que exigen diferentes tipos de educación. No obstante, el mismo MEN advierte que, lo que “garantiza la calidad de la educación en todos los niveles es la articulación coherente y armónica de un modelo que ponga, por encima de los instrumentos, el sentido pedagógico de los procesos. Una educación de calidad puede salir adelante con una tecnología inadecuada; pero jamás una tecnología excelente podrá sacar adelante un proceso educativo de baja calidad”. https://www.mineducacion.gov.co/1759/w3-article 196492.html?_noredirect=1. Por ello, la Universidad de Nariño modalidad virtual fue más allá del sentido tecnológico que conlleva el uso de la TIC, puesto que la Educación en la virtualidad es un audaz intento de replantear las posibilidades del pensamiento crítico en un mundo globalizado, para no caer en el instrumentalismo – funcionalismo que promueve el uso de la TIC para desarrollar de manera eficiente y eficaz las condiciones del actual sistema económico, social y cultural. Así las cosas, es necesario comprender el valor estratégico de las TIC, entendiendo por estratégico la capacidad y el potencial de producir nuevos conocimientos, inéditos, insospechados y originales de manera colaborativa, es decir, un verdadero proyecto de inteligencia colectiva (P. Levy, 1991).

 

“La Educación en la virtualidad es un audaz intento de replantear las posibilidades del pensamiento crítico en un mundo globalizado”

 

En plena pandemia mundial, lo que sigue social y políticamente es la conciencia que todo está por re-construirse, puesto que estamos en mundo de la incertidumbre. “Si no esperas lo inesperado no lo encontrarás”, dejó dicho Heráclito. A las palabras del filósofo presocrático griego hay que recurrir, es esta una de las lecciones de la actual pandemia, el sistema educativo desde el preescolar al doctorado asumió la “virtualidad” porque el Ministerio de Educación lo ordenó; pareciera entonces que las costumbres, los movimientos económicos y políticos que rigen hoy nuestras vidas son así, porque no hay otros caminos, porque no queda más remedio que aceptarlos, cuando es todo lo contrario. Si algo se puede aportar desde la educación en la virtualidad como parte del presente inmediato para proyectarse hacia el futuro, es un impulso que nos lleva a creer, a propiciar también esos momentos inesperados de transformación, de cambio de paradigma que hacen girar el rumbo de la historia. Tal como lo señala Morín, quien se pregunta por lo que vendrá después, por si seremos capaces de sacar las lecciones apropiadas de la actual pandemia, una pandemia que “ha revelado un destino compartido por todos los seres humanos, ligado al destino bioecológico del planeta”. “El poscoronavirus es tan inquietante como la propia crisis. Podría ser tan apocalíptico como esperanzador”, argumenta. Todo está en el aire.  “Hemos entrado en la era de las incertidumbres”, nos dice. “El futuro imprevisible se está gestando hoy”.

 

Es allí donde se ubica un potencial prácticamente inexplorado que apenas empieza a desarrollarse de la educación en la virtualidad, paralelamente a los avances en torno al poder de las TIC en campos insospechados en donde se requiere nuevos profesionales y nuevas formas de hacer las cosas que están transformando las condiciones sociales, económicas, políticas y culturales del mundo (Guazmayán, 2004).

 

Sin embargo, se hace necesario tener en cuenta que la información y la comunicación con la cual se relacionan profesores, estudiante, padres de familia y en general los actores educativos y los ciudadanos del común en la actualidad, no es neutra; la comunicación, mediada por las TIC, requiere un cierto número de cambios que obligan a todos a repensar su actividad, principalmente, sus estructuras comunicacionales, su sentido de pertenencia y participación en una comunidad académica y científica, incluso como ciudadanos, en suma, a desarrollar desde otras dimensiones su actividad creativa. Por lo tanto, es importante preguntarse: ¿A qué nueva dimensionalidad responde la Maestría en la Educación Virtual? La Maestría emerge como un potencializador de la “visión-mundo” que establece la Misión y la Visión de la Universidad de Nariño para visibilizar mundos posibles, que superando las barreras geográficas, construyan verdaderas comunidades de conocimiento en el ciberespacio educativo. Es necesario fomentar la creación de comunidades interconectadas para el fortalecimiento de los derechos civiles que, en última instancia transformen a los usuarios en ciudadanos informados con derechos y deberes en una democracia real.

 

“La Maestría emerge como un potencializador de la “visión- mundo” que establece la misión y la visión de la universidad de nariño para visivilizar mundos posibles” 

 

Al considerar que hemos entrado a un mundo de la incertidumbre, a una economía global de lo humano, el desempleo, la exclusión social, el aprisionamiento de las actividades laborales entre límites muy estrechos, la ausencia de participación significativa de los ciudadanos en las decisiones que les afectan, así como las compartimentaciones administrativas o temáticas que representan despilfarros inaceptables, especialmente para los países latinoamericanos. Mientras que los gobiernos y las empresas comprimen despiadadamente sus presupuestos y aun cuando algunos de los grandes principios ecologistas van penetrando lentamente nuestras mentes, presionando para evitar las dilapidaciones de energía y reciclar los materiales, hay fuentes preciadas de riqueza que permanecen casi olvidadas, en particular ciertas capacidades humanas. Hay que visibilizar esos nuevos espacios para el encuentro conversacional de todos los seres humanos, en el espacio mundo. Limitarse al hablar del acceso de los ciudadanos a las universidades, a las escuelas, en fin, al llamado sistema escolar, gracias a las TIC, significa mantener la exclusión. La gestión de la educación virtual promueve un nuevo sentido de escuela, es la escuela abierta, desde el preescolar hasta el postdoctorado; en el barrio y en las empresas, en el hogar, entre otros espacios, para el reconocimiento de las capacidades y saberes ya construidos. Por ello, la educación en la virtualidad asume el principio clave de la inteligencia colectiva (Levy, 2004): aunque todos sepamos algo, no hay nadie que lo sepa todo. Por lo tanto que ilustren magníficamente las nuevas visibilidades, la nueva ética y la práctica del aprendizaje cooperativo. Acceso al saber, sí, pero concebido como acceso de todos al saber de todos: intercambio de saberes como nueva forma de relación social. Cada ser humano es para los demás una fuente de conocimientos. Cuanto más lejos de mí estás, más cosas puedes enseñarme. La inteligencia colectiva no es, por tanto, la fusión de las inteligencias individuales en una especie de magma comunitario, sino por el contrario, la valoración e impulso mutuo de las particularidades de cada uno.

 

“Cada ser humano es para los demás una fuente de conocimientos.”

 

En la actualidad, las estructuras sociales, entre ellas, desafortunadamente el sistema escolar, en muchos caso, no sólo fomentan con frecuencia la ignorancia sobre las capacidades de los individuos, sino que también bloquean las sinergías entre proyectos, recursos y capacidades e inhiben la cooperación. Sin embargo, la multiplicación recíproca de las inteligencias es la clave para la transformación de los sistemas económicos actuales y podría constituir igualmente una de las vías para la renovación de la democracia. Una sociedad «inteligente por doquier» será siempre más eficaz y vigorosa que una sociedad inteligentemente dirigida, y esto vale a cualquier escala, ya se trate de una nación o de una universidad.

 

Nos aproximamos, por lo tanto, a una educación en la virtualidad como una infraestructura adecuada para la inteligencia colectiva gracias a la Red como un dispositivo de comunicación, estructurado por una relación de muchos a muchos. En el ciberespacio cada uno es potencialmente emisor y receptor, en un espacio cualitativamente diferenciado, no fijo, moldeado por los participantes, con capacidad de producir nuevos conocimientos en todos los campos del saber y el conocimiento, no de los ya conocidos, sino los que emergen en momentos difíciles, hoy es cuando se los requiere.

 

“Nos aproximamos, por lo tanto, a una educación en la virtualidad como una infraestructura adecuada para la inteligencia colectiva gracias a la Red como un dispositivo de comunicación, estructurado por una relación de muchos a muchos”.

 

La Educación en la Virtualidad, y menos en tiempo de emergencia, no puede limitarse a poner a los maestros de todos los niveles desde el preescolar al postdoctorado a utilizar las TIC e Internet para repetir lo que ya se sabe, que entre otras cosas no han dado resultado, y creer que eso es la virtualidad. Los computadores no producen conocimiento, valga la aclaración, aunque suene ridícula. Por ello, en la virtualidad nadie puede quedarse por fuera, tal como se ha afirmado, desde el niño, el joven, el adulto (usando el sentido etario tradicional), sin importar su condición económica, étnica, social, académica, ubicación geográfica, es tan importante el gran científico como el joven o el niño que habita en la barriada entre otros, ellos tienen mucho que decir, se requiere ser escuchados. La escucha será la condición primera para la formación de los gestores del ciberespacio en la red. La RED que somos todos.

Estos nuevos escenarios para la gestión del saber y el conocimiento, seguramente requieren nuevas profesiones y titulaciones, exigen una gran creatividad para transformar los proyectos educativos, pero, la transformación de todo el sistema educativo inicia con los maestros investigadores, y al mismo tiempo con los estudiantes y padres de familia que, hoy, como se puede evidenciar, así sea de manera improvisada, están asumiendo nuevos roles, todos protagónicos, en donde se redimensionan la categorías de estudiante y profesor, puesto que sus fronteras del uno y el otro desaparecen cuando gestiona el ciberespacio como el lugar para la escucha, la investigación y la invención en el saber y el conocimiento.

 

¡Bienvenidos todos!

Para mas información: maestriaeneducacionvirtual@udenar.edu.co

San Juan de Pasto, febrero de 2021

 

 

Dr. CARLOS GUAZMAYÁN RUIZ

Coordinador de la Maestría en Educación Virtual

Director del Grupo de investigaciones e-TIC

Profesor titular Facultad de Educación

 

 

 

BIBLIOGRAFIA

Guazmayán, C., Internet y su influencia en la cultura investigativa del profesor universitario, Tesis doctoral, Universidad de Barcelona, 2003.

Houtard, F., ttps://repositorio.flacsoandes.edu.ec/handle/10469/3523

Morín, E., «Hemos entrado en la era de las incertidumbres» – Lecturas Sumergidas, 1980.

MacLujan. M.,  https://www.bbc.com/mundo/noticias-40681655?at_medium=custom7&at_campaign=64&at_custom2=facebook_page&at_custom4=EA85ED9E-4B61-11EB-9019-93253A982C1E&at_custom3=BBC+News+Mundo&at_custom1=%5Bpost+type%5D

Levy, P., La inteligencia colectiva, Centro Nacional de Información de Ciencias Médicas (INFOMED) de Cuba, 1990.

 

 

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