La Universidad de Nariño está pasando un momento crucial, en el cual se puede perder lo que hemos podido avanzar en autonomía y en democracia, en más de dos décadas.  Invito a las organizaciones estudiantiles, docentes y de trabajadores a que se pronuncien mediante documentos sobre lo que está sucediendo.  Llegó el momento de preguntarnos quién está con la autonomía y la democracia en la Universidad y quién está con la intervención neoliberal en nuestra Alma Mater.  Está, de un lado, la derecha neoliberal dirigida por casi todos los integrantes externos del Consejo Superior, con el apoyo semi embozado de algunos profesores, y, de otro lado, la Asamblea Universitaria y las organizaciones políticas o gremiales de la comunidad universitaria.

 

El neoliberalismo es abiertamente enemigo de la universidad pública.  Me quiero apoyar aquí en el pedagogo Henry Giroux, que en su libro La guerra del neoliberalismo contra la Educación Superior, nos recuerda:

 

En las últimas décadas, hemos visto cómo las fuerzas del fundamentalismo de mercado intentan despojar a la educación de sus valores públicos, de su contenido crítico y de las responsabilidades cívicas como parte de un objetivo más amplio consistente en la creación de asignaturas nuevas vinculadas al consumismo, a las relaciones sin riesgos y a la destrucción del Estado social. Ligadas principalmente a ideo­logías instrumentales y a paradigmas mensurables, muchas instituciones de la educación superior se encuentran hoy en día casi exclusivamente dedicadas a cumplir objetivos econó­micos, como la preparación de los estudiantes para unirse a la fuerza de trabajo y la transformación del profesorado en un ejército de trabajadores subalternos y temporales.[1]

 

A nadie puede caberle duda de que los representantes en el Consejo Superior del gobierno nacional, de la Gobernación de Nariño y de la empresa privada representan la ideología neoliberal y que su propósito es tomarse la Universidad, como ha sido el propósito neoliberal en el mundo: poner la universidad al servicio de la empresa capitalista.   La amenaza es grave, ellos ya demostraron tener la mayoría del Consejo y con esa mayoría dieron un primer paso: poner un rector encargado; si no logramos frenarlos, vendrá el segundo paso: nombrar a su gusto un rector en propiedad, independiente de los resultados que aporte una consulta.  Es decir, acabar con la tradición democrática de nuestra Universidad, que ha sido ejemplo para la universidad pública de Colombia.

 

Es tiempo de destapar las cartas: ¿de qué lado está cada quién?  No sé a ustedes, pero a mí, después de cinco décadas de lucha política de izquierda en la universidad, en Colombia y fuera de mi país, no me enredan con discursos camuflados.  Hagamos las preguntas directas.  ¿De qué lado está el pensamiento que se supone alternativo o latinoamericano?, ¿qué piensan realmente los docentes que en los foros del Plan de Desarrollo se pronunciaron a favor de una educación de y para la Universidad – Región y ahora apoyan la acción neoliberal del Consejo Superior?

 

Igual que sucede con las corrientes teóricas sociales, que no pueden juzgarse por el contenido de sus formulaciones, sucede también con las organizaciones políticas y con las personas.  No se trata de lo que declaren, sino de los intereses que defiendan en la práctica.   La ideología liberal pregona favorecer a toda la población: …al orientar esa actividad de manera de producir un valor máximo él busca sólo su propio beneficio, pero en este caso como en otros una mano invisible lo conduce a promover un objetivo que no entraba en sus propósitos. …

 

Al perseguir su propio interés frecuentemente fomentará el de la sociedad mucho más eficazmente que si de hecho intentase fomentarlo.[2]  Pero, en realidad la que actúa es la mano visible de los monopolios que llevan necesariamente a una mayor concentración de riqueza en un extremo y de pobreza en el otro.  Igual sucede con los partidos políticos, todos dicen actuar en beneficio de la sociedad, pero en realidad, la mayoría actúan contra ella.

 

En el caso que comentamos, sucede lo mismo.  La decisión del Consejo Superior está contra la autonomía de la Udenar y contra la democracia que representa la Asamblea Universitaria.  Sin embargo, quienes estarían favorecidos con esa decisión, y sin duda la pidieron, dicen actuar en favor de la autonomía y de la democracia.

 

 

Por Julián Sabogal Tamayo

 

 

[1] GIROUX, Henry (2018) La guerra del neoliberalismo contra la Educación Superior, Madrid: Herder: pág. 254.

[2] SMITH, Adam (1985) La riqueza de las naciones.  En Biblioteca de Economía, tomo 9, Barcelona: Ediciones Orbis, pág. 191.

 

 

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