Reflexiones en torno a la Facultad de Ciencias Humanas y la importancia de las Ciencias Sociales. Universidad de Nariño

 

 

Un reconocido humanista, jurista, catedrático y político colombiano, el Dr. Carlos Gaviria expresó que las universidades colombianas deben “Educar a la persona, al ciudadano y al profesional”. Considero que este pensamiento es pertinente para una educación que el país requiere, por eso, me he puesto en la tarea de desarrollarlo. Aparentemente es sencillo pero tiene una profunda significación porque pone de primero la formación del ser humano antes que la formación profesional, en segunda instancia, la formación ciudadana y finalmente la educación profesional.

 

 

Síntesis del modelo organizacional de la Facultad de Ciencias Humanas.

 

  • Todos los programas de pregrado existentes pueden unirse hasta terminar cuarto semestre. Durante este tiempo se impartirá: Epistemología, filosofía e historia de las ciencias de carácter general y específico. Se ofrecerá también metodología de la investigación científica- sin caer en el cientificismo- y se privilegiará la Investigación -acción- participativa.

 

  • Durante los cuatro semestres se hará énfasis en: La formación humanista y ciudadana; en el conocimiento de lo económico, lo social, lo cultural, lo educativo, lo político y los temas relacionados con la paz tanto de la región como del país, sin perder de vista lo universal. Vamos de lo local hacia lo universal con la perspectiva teórica de la interculturalidad.

 

 

Resumen acerca de la formación humanista, ciudadana y profesional

 

  • La formación humanista se concretará en el currículo con los siguientes ámbitos de estudio: Humanismo; importancia de la comunicación y el diálogo; convivencia humana; multiculturalismo; valores (Respeto, tolerancia, solidaridad, complementariedad); respeto por la naturaleza; preservación del medio ambiente y de los ecosistemas; derechos humanos; derecho a la vida; derechos políticos; la ética y la dignidad. Etc. La formación ciudadana se cristalizará con temáticas como: Inclusión social; sentido de pertenencia; autonomía y autodeterminación; solidaridad y sensibilidad social; libertad e igualdad; identidad; lo público y la democracia; la formación cívica, la paz y la justicia social. Las universidades no pueden quedarse impasibles ante el reto de construir la paz, todas las facultades pueden hacerlo más aún las ciencias sociales. Sin la participación de las universidades y su acción sobre la comunidad, la construcción de paz se torna imposible.

 

  • A partir del quinto semestre, los estudiantes pueden seleccionar su carrera para hacer tránsito a la formación profesional. Esta se fundamentará en lo siguiente: La región se convertirá en un referente esencial. La formación profesional debe partir de la contextualización de las ciencias; los estudiantes deben conocer autores e investigadores más destacados de su ciencia, redes de investigación ya que esta actividad transversalizará el currículo a fin de ir asumiendo una cultura investigativa; formación científico-tecnológica para la innovación orientada para el “saber hacer”, para “saber ser y estar” y para “hacer y trabajar juntos” para aprender y reaprender. El estudiante tendrá una formación crítica y reflexiva, capaz de pensar autónomamente y capaz de crear conocimiento; formación continuada en el uso de las tecnologías de la información y el dominio de otras lenguas.

 

  • Finalmente planteo el cambio de la proyección social involucrando el trabajo social del estudiante al final de sus estudios, es decir, una práctica social en cualquier parte de la región nariñense; esta se homologará, previa evaluación, con el trabajo de grado.

 

  • De estos planteamientos se deduce la necesidad de un cambio curricular estructural involucrando la flexibilidad, la investigación, el componente científico-tecnológico ligado a la formación socio-humanista; cambio en los planes de estudio, en la proyección social, incluso en los créditos académicos.

 

Lo esencial de toda innovación es el cambio de mentalidad de docentes y directivos; tenemos que imaginar otras racionalidades, instalar procesos de descolonización intelectual, tenemos que humanizar la ciencia, esto es, partir del criterio de que la ciencia es para la vida, es para el ser humano. La Universidad debe crear ciencia más responsable, ética y comprometida con el ser humano. Es un deber social de la universidad pública salirse del modelo tradicional y napoleónico, por eso tenemos que inventar otra facultad, otra universidad, ligada a su entorno, capaz de interpretar la realidad del mundo y de los cambios paradigmáticos. Necesitamos una universidad donde se discuta en “espíritu de crítica” los problemas del país y la región.

 

I Parte: Olvidamos que si bien las ciencias son diversas éstas pueden unirse, sin perder su identidad

 

 

Gerardo León Guerrero Vinueza

Dr. en Historia de América

Universidad Complutense de Madrid

 

 

 

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