¿En qué vamos?
Hace casi cuatro años, un grupo de estudiantes que mirábamos la Universidad como la cuna de todas las luchas por otro mundo posible, comprendimos que no solo había que discutir sobre las dinámicas externas, además de ponernos los lentes de la justicia y los derechos del pueblo, era necesario también unos de color violeta que evidenciaban todo lo que había por hacer ante la violencia y la discriminación por razones de género o por orientación sexual que no podían vivirse libremente en nuestro campus.
Fuimos reconociendo nuestro espacio universitario como un sitio poco seguro para expresarnos, relacionarnos e interactuar; porque a medida que nos escuchábamos era típica esta frase “A mí también me paso” sobre varias experiencias de violencia que muchas y muchos de nosotras/os habíamos experimentado.
Nos juntamos en el ir y venir de la academia, gestamos espacios de encuentro, de escucha, de palabra… uno de esos espacios tan propios, tan enriquecedores fue “Tulpa y género”, un espacio significativo, donde discutimos lo que significaba caminar entre machismo y reconocimos que el acoso sea una materia más en el pensum académico oculto.
posteriormente, vino el 25 de noviembre de 2017, en el que se desarrolló la actividad “Udenar un campus seguro para las mujeres” un día de conmemoración contra la NO violencia hacia las mujeres; donde volvimos a tejernos en la palabra, hablando y escuchando, pensándonos en todos los esfuerzos que se requieren para desnaturalizar la violencia, además de todas las acciones para construir espacios de debate sobre estos temas constantes en todas las esferas de la Universidad.
Junto a lo subjetivo analizamos también todo el entramado estructural del patriarcado permeando nuestros lugares comunes, incluyendo la academia desde su paradigma critico-social nunca fue ausente y lo replico, materializando hechos que vulneraron al bienestar, no solo de nuestras compañeras y nuestros compañeros estudiantes, sino también a cada una de las personas que hacen parte de la comunidad Universitaria.
Producto de todo este largo caminar logramos incorporar en el plan de gobierno de la actual administración, el compromiso de crear de manera participativa una política para la equidad de género que pudiera brindarnos herramientas para disminuir las brechas de desigualdad, las violencias basadas en género y pudiera apostarle a una Alma Mater integral en todos sus escenarios.
Después de muchos andares y tiempos, en una apuesta colectiva para este momento histórico, estamos vinculados y vinculadas a la comisión para la construcción y dinamización de la política institucional de equidad de género, orientaciones sexuales e identidades de género de la Universidad de Nariño, que actualmente se encuentra sesionando de manera periódica, en un proceso lento, pero profundamente importante para nuestra educación.
Vale resaltar que seguimos presentes las estudiantes que impulsamos este proceso, junto con las dependencias universitarias y compañeras/os que se han unido al gran propósito de transformar la educación, pese a las barreras y escasos recursos, estamos convencidas de que estamos sembrando y progresivamente trabajando para la erradicación de toda forma de violencias sexuales y violencias basadas en género en el campus, desde una perspectiva interseccional y estructural.
Johana Solarte
Monitora Secretaría Técnica Comisión de Equidad de Género