Muchos se preguntarán el porqué de la celebración del “Dia Internacional de la Mujer”, y bueno, es importante recordar el suceso trágico que la originó; el 8 de marzo de 1908 un hecho transcendental marcó la historia del trabajo y la lucha sindical no solo en los Estados Unidos sino en el mundo entero. Un incendio en la fábrica Cotton de Nueva York, dio origen al homenaje.

 

Unas 130 mujeres aproximadamente murieron en el edificio durante el incendio luego de que se declararan en huelga con permanencia en el lugar de trabajo. El motivo de su reclamo era la búsqueda de una reducción de jornada laboral a 10 horas, un salario igual al de los hombres porque ejercían las mismas actividades, y, al cambio de las malas condiciones de trabajo que padecían.

 

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En una de las fábricas donde se declaró la huelga, en la Cotton Textil Factory, en Washington, la jornada acabó en tragedia.

 

El dueño de la fábrica ordenó cerrar las puertas del inmueble para que las mujeres desistieran de su idea y abandonaran el lugar. Pero su intención fue más allá; no logró aquello que quería y ocasionó la muerte de las obreras que se encontraban en el interior de la fábrica.

 

Ciento nueve años han transcurrido entonces y esa lucha por la reivindicación de sus derechos y la búsqueda de igualdad de oportunidades para las mujeres en todo el mundo aún no ha cesado, sigue vigente…

 

Pero, es que desde épocas remotas que se pierden en el confín de los tiempos hasta nuestros días, la huella y presencia de la MUJER han sido, son, y serán imprescindibles. Valga la ocasión para rememorar algunos nombres de mujeres que por sus acciones y cualidades la historia no las olvidará nunca.

 

En la decadencia del imperio greco-romano y en los inicios del cristianismo vivió Hipatia de Alejandría (de origen griego) (c. 370- id., 415) a quien se considera como la primera mujer que se desempeñó en varias disciplinas, fue matemática, filósofa, pedagoga, astrónoma; fue hija del matemático Teón, profesor de la Biblioteca y el Museo de Alejandría, fundados por Ptolomeo; en la época fue auténtica universidad a la que asistían alumnos ansiosos de instruirse en las ciencias y la filosofía, según la tradición en la famosa Biblioteca se conservaba todo el acervo intelectual del mundo antiguo. Hipatia se constituyó en su época como una “libre pensadora” y se la reconoce como la primera filósofa; uno de sus pensamientos se condensa en esta frase: “Conserva celosamente tu derecho a reflexionar, porque incluso el hecho de pensar erróneamente es mejor que no pensar en absoluto”. Su celebridad se extendió hasta la época del Renacimiento, de ahí que el famoso pintor Rafael Sanzio la incluyó en su famoso fresco “La escuela de Atenas” que rinde un homenaje imperecedero a los filósofos, matemáticos y científicos de la antigüedad clásica.

 

De manera desafortunada el relato de la historia oficial no incluye a Hipatia pero el cineasta español Alejandro Amenábar en su magnífica producción “Ágora” (2009) llena con honores ese vacío, al brindarnos una contextualización de la época que vivió Hipatia.

 

Ya en la época contemporánea merece recordar -entre otras muchas mujeres brillantes- a la filósofa francesa Simone de Beauvoir (París 1908- 1986) quien además se destacó como escritora, profesora, defensora de los derechos humanos y una de las feministas más activas del Siglo XX; en su producción intelectual se cuentan novelas, ensayos, biografías, una obra teatral, y monográficos sobre temas políticos, filosóficos y sociales.

 

De nombre Simona Lucíe Ernestine Marie Bertrand de Beauvoir, se licenció en Filosofía en la Universidad de La Sorbona, en donde conoció a Jean-Paul Sartre, quien sería su compañero durante muchos años. Fue profesora de Filosofía en Marsella y Ruán, y después en La Sorbona. Durante la Segunda Guerra Mundial abandonó la docencia para dedicarse a escribir, y se dice que participó en la Resistencia Francesa. Terminada la guerra trabajó en la revista Les Temps Modernes, que dirigía Sartre y que conformaba un grupo de pensadores existencialistas. Viajó por Europa, Cuba, China y Estados Unidos. Fue una activista del feminismo. En el año 1954, obtuvo el Premio Goncourt; una de sus tantas frases célebres: “El problema de la mujer siempre ha sido un problema de hombres”.

 

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