El cuerpo es el instrumento mediante el cual el individuo se comunica e interactúa con el mundo, entendido como un inter-juego psicofísico, fluido y constante, mientras que el cuerpo-vivido es el cuerpo experimentado desde adentro, es la experiencia que un sujeto tiene de su cuerpo en una perspectiva de primera persona (Valle, Di Natele, y Cruzado, 2017). Desde la posición mencionada se abre el camino a comprender cuál es la función del cuerpo conjugado en el aparato psíquico, y esto expresado en la salud mental. Percibir el concepto de cuerpo conlleva a la visión de la dualidad históricamente planteada; como lo ha mencionado De Castro y Gómez (2011) el ser humano es en el mundo y sus experiencias y vivencias sólo son posibles en la medida en que posee una dimensión corporal que le permite percibir y accionar sobre el medio que lo rodea. Desde esta definición se abre paso a la corporalidad entendida como la comprensión de la vivencia, razón por la cual, su estudio y clarificación, con relación a los elementos considerados principales a la hora de captar la experiencia del sujeto (De Castro y Gómez, 2011).

 

La corporalidad está constituida por la experiencia del cuerpo vivido, sin conciencia reflexiva ni requisito de monitorización perceptiva, es el trasfondo de experiencia corporal inherente a la vivencia del yo primario. Esta autoconciencia primigenia posee naturaleza eminentemente sensorial y propioceptiva. Las relaciones entre el yo mínimo y la vivencia de la corporalidad son íntimas y complejas. Este vínculo puede explicarse en la medida en que todas las vivencias a nivel de la perspectiva de primera persona, ineludiblemente requieren de la corporeidad del yo, por ser condición en la que arraigan el movimiento y la percepción, los que, por sí mismos, instauran un espacio egocéntrico primario. Es decir, el mundo se presenta ante el yo gracias a la dimensión y potencia espacial que brinda el cuerpo a su yo poseedor (Valle, Di Natele, y Cruzado, 2017).

 

Es posible interpretar con lo que se ha mencionado anteriormente que al comprender el concepto de corporalidad se ubica en una herramienta catalizadora, que permite la evolución personal, al hallar la interconexión entre lo físico y lo psicológico en las esferas humanas; potenciar la salud mental por medio de la corporalidad es hacer consciente la figura y sus sentires, la experiencia de lo vivido y amenizar las dificultades propias de la existencia, como método de protección y conexión entre el yo interno y el yo externo entendido como el mundo tangible.

 

Del mismo modo, es importante mencionar que según Finol (2020), esta realidad permeada por el aislamiento y el distanciamiento, ha hecho que los sujetos empiecen a redefinir y ser conscientes de su corporalidad, puesto que las relaciones corporales, espaciales y actoriales, se han visto trasladadas a una esfera digital, situación que ha afectado aquellos vínculos recreados entre el cuerpo mismo y el espacio; muestra de ello es que la virtualidad ha fragmentado la cotidianidad en la que se encontraban los cuerpos, el contacto humano junto al lazo social y ello se ve reflejado en que en el mundo, las capacidades sensoriales relacionadas con la escucha, la visión se han maximizado dado que la virtualización de escenarios demanda el protagonismo de estos dos sentidos y ha dejado de lado, en su mayoría, las experiencias sensoriales táctiles, olfativas y gustativas (Adami et al, 2020 citado en Finol, 2020).

 

En ese sentido, la pandemia más allá de haber alterado las dinámicas tradicionales entre cuerpo, espacio, identidades e imaginarios sociales, también hizo que los escenarios físicos y sociales se reestablecieran y se desencadenaran consecuencias para la salud y equilibrio mental, ya que durante la fase inicial de la pandemia de COVID-19 fue común la presencia de ansiedad, depresión y reacción al estrés en la población general. Para lograr controlar la pandemia de COVID-19, se requiere un manejo adecuado e integral de la atención en salud mental, es por ello que, al reconocer que frente a cualquier emergencia sanitaria los problemas de salud mental son comunes y pueden ser barreras para las intervenciones médicas y de salud mental (Huarcaya, 2020), se propone entonces que las transformaciones sociales y espaciales se articulen a la corporalidad y que se conviertan en una herramienta significativa para apoyar la salud mental, a través de la generación de desconocidas, pero necearías micro culturas espaciales y corporales (Finol, 2020).

 

Para finalizar como lo menciona Ramírez, Castro, Córdoba, Ceballos y Escobar (2020) la actual pandemia emergente del COVID-19, implicará un aumento en la psicopatología de la población general, en especial de los trabajadores de la salud, lo cual resulta imprescindible el desarrollo de estrategias dirigidas a la preparación, educación y fortalecimiento de la salud mental de la población afectada; y la corporalidad se ubica como una herramienta más dentro de los factores protectores para ser usado en las estrategias de promoción y prevención en Salud Mental.

 

 

 

Fátima Silvana Marroquín Rojas y Marcela Katherine Chapues Andrade

Maestrantes Promoción y Prevención en Salud Mental

Universidad de Nariño


 

 

 

Referencias Bibliográficas

De Castro, A. y Gómez, A. (2011). Corporalidad en el contexto de la psicoterapia. Psicología desde el Caribe, 2 (27), pp. 223-252. Recuperado de: http://www.scielo.org.co/pdf/psdc/n27/n27a11.pdf

Finol, J. (2020). Antropo-Semióticas del cuerpo. Pandemia y transformaciones en la Corposfera: Espacio, desritualización e identidades. Espacio Abierto, 29(4). 178-195. https://www.produccioncientificaluz.org/index.php/espacio/article/view/35066/37086

Huarcaya, V. (2020). Consideraciones sobre la salud mental en la pandemia de COVID-19. Rev Peru Med Exp Salud Publica.;37(2), 327-34. Recuperado de: https://doi.org/10.17843/rpmesp.2020.372.5419

Ramírez, J. Castro, D. Córdoba, C. Ceballos, F y Escobar, F. (2020). Consecuencias de la pandemia Covid 19 en la salud Mental asociadas al aislamiento social. Revista Salud Mental, 6 (32), pp. 16-54. Recuperado de Base de datos Scielo.

Valle, R. Di Natele, M. y Cruzado, L. (2017). Psicopatología de la ipseidad y la corporalidad: a propósito de un caso de esquizofrenia cenestopática. Rev Neuropsiquiatr 80 (3), pp. 206-214. Recuperado de: http://www.scielo.org.pe/pdf/rnp/v80n3/a08v80n3.pdf

 

 

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